Paula Vázquez tiene 29 años y un hijo. Tras seis meses en el paro tenía claro que "algo había que hacer". La experiencia que adquirió en la empresa familiar le ha servido para montar su propio negocio, una tienda de moda que abrió hace un mes en la calle Alejandro Outeriño, perpendicular a la céntrica Paseo pero fuera del circuito comercial tradicional. Esta situación le ofrece como ventaja que los alquileres están más bajos pero aun así, los precios son elevados para quien intenta emprender: "Es un poco arriesgado, sobre todo por la época en la que estamos, pero hay que hacer algo, tengo un niño y tenía que trabajar. Siempre me gustó la moda y vi una salida aquí".

El local se llama Coco & Piña en alusión a sus dos perros, y por ahora, dice, le va bien. Tan difícil como dar el paso y encontrar un local ha sido iniciar la actividad: "Plantearse montar un negocio cuando solo de alquiler vas a pagar de mil euros para arriba es complicado, te lo ponen todo muy difícil, no hay ayudas, pero hay que arriesgar", señala. Para diferenciarse del resto y fijar clientela, Paula Vázquez ha apostado por la ropa personalizada y trabaja con una diseñadora de Alicante que aporta un toque especial a jerseys, camisas y bolsos.