La CIG denuncia que carteros del rural sufren una "auténtica soledad y desamparo", debido a las presiones caciquiles que tienen que soportar elección tras elección. Asegura que en ocasiones, hay concellos en los que estos servidores públicos son esperados y seguidos por varias personas durante toda su jornada laboral, con el acoso que esto implica, intentando que recojan votos en el interior de viviendas particulares y a personas incapacitadas y encamadas, a pesar de que lo prohíbe la normativa.