Salvo una suspensión de última hora, los días 16 y 17 de diciembre, tendrá que rendir cuentas ante la justicia un exempleado de banca acusado de defraudar más de 400.000 euros a 5 clientes de una entidad bancaria de O Carballiño. Ocurrió en 2008 y los estafados aún no han recuperado su dinero pese a la mediación de la Fiscalía. El banco ni siquiera se llama igual -era la antigua Caja Madrid- y tampoco tiene sucursal en la misma calle. El presunto autor del engaño, que trabajaba como comercial y atendía en caja, se enfrenta a una condena total de siete años de prisión.

Su mujer. O. F. V., se sentará a su lado en el banquillo ya que presuntamente fue la cooperadora necesaria para hacerlo insolvente. La Fiscalía pide 2 años de prisión para ella, puesto que a los tres días de que trascendiera el engaño, el matrimonio acudió a un notario para nombrar a la esposa como la única propietaria del piso conyugal. La Fiscalía sostiene que la pareja intentó aparentar que L.R.V. A. era incapaz de hacer frente a las posibles responsabilidades civiles. La pareja liquidó la sociedad de gananciales. Por importe de 36.851 euros se adjudicaba a la esposa, libre de toda carga y gravamen, el inmueble que ambos compartían en la calle Progreso de Ourense, un trastero anexo y una plaza de garaje. El valor de todos estos bienes era sustancialmente mayor, de 225.000 euros, según el precio de mercado. La acusación pide la nulidad de ese trámite.

L. R. V. A. está acusado de un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso ideal medial con un delito continuado de estafa. También es responsable del alzamiento de bienes. La pena es elevada aun estando atenuada por el hecho de que el sospechoso era ludópata cuando ocurrieron los hechos.

Si la Audiencia Provincial ve pruebas, el acusado tendría que indemnizar a los perjudicados con el dinero estafado, más los intereses generados desde 2008. Son cinco los clientes que sufrieron el engaño. Uno de ellos, por un importe de más de 252.000 euros. A los otros cuatro, L. R. V. A. los estafó presuntamente distrayendo cantidades de entre 24.000 y 60.000 euros.

Los clientes estafados no han recuperado nada a estas alturas. Según fuentes del caso, el ministerio público intermedió para que la entidad negociara con las víctimas y compensara las presuntas ilegalidades de su exempleado. Pero Bankia, la entidad resultante de la fusión de Bancaja, Caja Madrid y otras cinco cajas de ahorros, resucitada con dinero público, no ha abonado ninguna cantidad. Es la responsable civil subsidiaria, por lo que debería indemnizar a las víctimas en caso de condena si el acusado no puede o no asume el importe.

El acusado, que fue despedido por la entidad bancaria, ejercía labores de comercial y atención en caja en la sucursal de O Carballiño. Según la Fiscalía, fue repitiendo modus operandi para apropiarse de las cantidades de los clientes. Entre julio y septiembre de 2008, presuntamente expidió y rellenó recibos de disposición de fondos de las cuentas de cuatro de los perjudicados. Según el escrito de acusación, L.R.V. imitaba en el recibo, de su puño y letra, la firma del titular.

Ocho abogados en la sala

En el turno final del juicio tendrán la oportunidad de intervenir nueve partes. Además del representante del ministerio fiscal, estarán en el estrado cinco abogados en representación de los clientes estafados -acusación particular-, dos letrados para defender a los acusados, así como una representante legal de la entidad bancaria como responsable civil subsidiaria.

El caso llega a juicio a la Audiencia Provincial de Ourense siete años después de que comenzara a investigarse judicialmente. Se encargó de las diligencias previas el juzgado de Instrucción Número Dos de O Carballiño.