"No existen pruebas suficientes de que fuera marihuana psicoactiva, podría tratarse de cáñamo industrial. Habría que demostrar que las plantas eran de cannabis estupefaciente". Las defensas se valieron en el juicio del informe de un perito de parte que dejó ayer esta y otras consideraciones en su declaración. Ingeniero, cuestionó la selección de evidencias de los agentes. "No se respetaron los protocolos de Naciones Unidas, que indican que hay que recoger un mínimo de 30 muestras de cada grupo para realizar la analítica".

El experto difirió también sobre el peso reflejado del alijo. Sostiene que no se descontó nada y que la cifra corresponde al llamado peso "fresco" o verde de la marihuana, lo que incluye elementos de la planta que no son droga. Para las 1,3 toneladas de estupefaciente en que cifra el producto la Guardia Civil, "harían falta 9 toneladas de peso bruto", calculó. "Había mucho material de desecho, como tallos o raíces, no apto para la venta". Descontado en torno "a un 75% u 80%" del total como resultado de los procesos de secado y curación, "el peso real podría situarse entre los 38 y unos 350 kilogramos". Siguiendo esa deducción, el perito contratado por la defensa dice que la valoración económica de la droga debería ser muy inferior.

La fiscal no comparte este informe de parte; "no hay género de dudas de la naturaleza de la sustancia ni de su peso", afirmó en sus conclusiones. Un guardia civil, perito en este caso, declaró en el estrado que la valoración de la droga fue calculada descartando el material de desecho, una vez retirados los tallos y otras partes sin el principio psicoactivo de la marihuana, el THC.