El juzgado de O Carballiño ha dictaminado prisión comunicada sin fianza para dos de los detenidos sospechosos de participar en la paliza mortal del joven cuyo cuerpo fue localizado en una presa en Boborás. El juez imputa a Eduardo L.F. y Óscar E.L. el delito de homicidio o asesinato. El tercero de los detenidos, Brais P.V., un chico de O Carballiño de 23 años ha quedado en libertad.

Todo se complicó la madrugada del viernes al sábado tras una noche de fiesta, con drogas y alcohol según el instituto armado, que un grupo de conocidos quiso culminar en la bodega de uno de ellos. En el transcurso de esa celebración una alusión sexual sobre la hija de uno de ellos pudo desencadenar la pelea cuyos impactos resultaron mortales para Alexandru Walter Boghiu, un joven de 22 años de nacionalidad rumana al que su familia y allegados despidieron ayer.

La Guardia Civil de Ourense ha bautizado la operación con el nombre de A Esmorga porque los investigadores de la Guardia Civil de Ourense observaron en el caso los elementos de tragedia, excesos y violencia que Eduardo Blanco Amor trenzó en su novela cumbre.

Confesiones

La víctima y sus posibles agresores se desplazaron juntos a la casa que, Eduardo L.F., el mayor de los implicados, tiene en la aldea de Cameixa (Boborás). Según hipótesis de la investigación, un comentario sexual del joven sobre la hija pequeña de este investigado habría desencadenado una discusión y, después, la paliza de final trágico que también condujo a las detenciones de Óscar E.L., otro vecino de Cameixa de 26 años, y de Brais P.V., un chico de O Carballiño de 23.

En el cuartel, la Guardia Civil habría obtenido algunas confesiones. Antes, el instituto armado aseguraba que los sospechosos la emprendieron a golpes con la víctima tras una discusión. Después las distintas fuentes consultadas introducen matices que se esclarecerán tras la puesta a disposición judicial.

Con los primeros interrogatorios, quedaría por determinar el grado de participación de cada uno en la agresión a golpes y en el intento de deshacerse del cuerpo de Alexandru Walter, quien según la autopsia continuaba vivo al caer o ser arrojado a un canal de aprovechamiento hidráulico que desemboca justo en la presa de Albarellos, donde buzos de la Guardia Civil encontraron el cadáver a unos 10 metros de profundidad.

El joven rumano tenía contusiones en la cabeza y en el rostro, sin descartar que algunas lesiones se hubieran producido por el efecto de arrastre a través del riachuelo en el que unos cazadores avistaron el cuerpo el sábado, en un suceso fortuito que fue clave para resolver el crimen.

Ayer por la tarde, agentes de Científica, investigadores y otros efectivos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil se desplazaron a la vivienda donde ocurrió todo para hacer un registro. Estaba presente Eduardo L.F., en compañía de su abogado y con el secretario judicial levantando acta.

Los agentes se detuvieron en el muro exterior de la vivienda y después inspeccionaron la bodega escogida por el grupo para poner fin a la noche tras haber estado en locales de ocio de O Carballiño. También inspeccionaron el vehículo en el que presuntamente fue trasladada la víctima hasta ser arrojada al agua. El canal está situado a unos 2 o 3 kilómetros de la vivienda donde supuestamente se produjo la paliza. Las mismas voces dicen que los agentes encontraron ayer restos en el vehículo.

Pero otros testimonios recabados por este periódico exponen otras circunstancias según la versión de los presuntos implicados. Supuestamente, habrían reconocido que se produjo una agresión motivada por la alusión sobre la hija pequeña, pero defienden que el joven rumano no fue arrojado al agua, sino que fue desalojado de la vivienda. Ya en el exterior, Alexandru habría deambulado a través del monte y, según las mismas manifestaciones, él solo se habría caído al agua.