La Congregación de Monjas Adoratrices de Ourense, encargadas de gestionar la Casa de Acogida de Mujeres Maltratadas, visitó más de cuarenta locales de alterne y prostíbulos de la ciudad y provincia el pasado año, para repartir preservativos femeninos y masculinos entre las mujeres que ejercen la prostitución, folletos con técnicas para colocarlos y evitar con ello la transmisión de de enfermedades de transmisión sexual. También para detectar y apoyar a posibles víctimas de trata de blancas, es decir mujeres que puedan estar siendo explotadas por algún proxeneta así como a aquellas que ejercen libremente la prostitución y quieren abandonarla. En 2013 dieron acogida a 26 de estas mujeres que decidieron buscar otro tipo de vida y formación para encontrar trabajo.

Es uno de los insólitos apartados de la centenaria labor de trabajo social de esta congregación, pionera contra la explotación de la mujer en el siglo XIX, cuando nació, una época en que esta era una persona inexistente sin la firma de un hombre y única todavía en la actualidad, por su ejercicio del apostolado cristiano con pragmatismo y sin tabúes.

Su trabajo se centra en dos vías principales: el programa Érguete Muller que es el que se dirige en especial a víctimas de la prostitución, y el programa de acogida a víctimas de maltrato, pues ellas gestionan Casa de Mujeres Maltratada de Ourense y a los hijos de las víctimas.

La congregación acaba de hacer público el balance de gestión del trabajo realizado en 2013, en el que ha atendido en los dos programas señalados, a un total de 181 mujeres, ofreciéndoles luego decenas de programa de reinserción, apoyo psicológico, judicial, social y laboral. Este plan ha hecho merecedoras a estas monjas de un premio de calidad en la gestión, el Sello de Compromiso hacia la Excelencia Europea.

No son monjas comunes pues ejercen su apostolado a pie de calle, con las más débiles y jugándosela. "Un día llegamos a uno de esos bares de alterne del casco viejo, no llevábamos las ropas religiosas, pero nada más vernos una de las chicas nos dijo ¿a qué congregación pertenecen? Nos trató con todo el respeto y nos invitó a pasar. Sabían que íbamos a ayudarlas, no a juzgarlas".

Es el testimonio de un miembro de la congregación. Visitaron el pasado año prostíbulos y bares de alterne en O Carballiño, Cea, Barco de Valdeorras Xinzo y Verin, cuarenta en total, de nombres bien conocidos, en los que nunca sería de esperar encontrarse a una monja haciendo labor social con las prostitutas. Pero en 2013 contactaron con 254 mujeres de estas mujeres de las más diversas nacionalidades para hacerles entrega de preservativos y folletos para prevenir infecciones, lo que le has permitido dar acogida luego en el centro Érguete a 26 mujeres, la mayoría con edades de los 20 a los 30 años, que decidieron huir de la prostitucion. Más de la mitad han recibido el suficiente apoyo conseguir "recomponer la confianza en sí mismas y la autoestima", afirman y para encontrar incluso otro trabajo y un piso.

La directora de esta infatigable congregación explica en la carta de presentación de la memoria de 2013 (la comunicación directa con los medios de comunicación les está prohibida) que "en 2013, hemos atendido a un total de 181 mujeres, teniendo como recompensa el poder observar en primera persona cómo cada una de ellas ha superado el dolor, la discriminación y los problemas añadidos a la violencia de la que han sido víctimas en sus diversas modalidades, valiéndose de sus propias capacidades de superación y habilidades aletargadas por el sufrimiento".