El refuerzo del servicio de control de la Policía Local sobre los locales de ocio nocturno se resolvió entre enero y abril de este año con una total de 85 denuncias contra pubs y establecimientos que no respetaron el horario de cierre, lo que supone una media de 21 expedientes al mes. Esta mayor presencia de las patrullas municipales en la zona de copas de la capital busca la conciliación entre el derecho al ocio de unos y al descanso de otros, lo que generó un total de 206 controles en este período.

Pero no solo los que se pasan de la hora han sido fichados por la policía en las sucesivas inspecciones. La vigilancia afecta a otras cuestiones reguladas por la normativa de ruidos del Concello de Ourense, como el ejercicio de la actividad con las puertas abiertas. Las patrullas del servicio nocturno tramitaron por este motivo otras 51 denuncias en estos cuatro primeros meses del año. Algunos propietarios también han hecho oídos sordos a la ley estatal que prohíbe fumar en el interior de los establecimientos y esto ha generado otras tres denuncias en este período.

El refuerzo del servicio nocturno de la Policía Local se puso en marcha a principios de enero para mejorar la convivencia y "satisfacer las demandas ciudadanas" ante diversos problemas "que se venían detectando por la noche", según explicó ayer la policía con motivo de la publicación del balance de estos primeros cuatro meses. El objetivo, añade, "es controlar, reducir e incluso erradicar" esos problemas y por eso la nueva planificación del servicio se centra principalmente en acciones preventivas a través de más controles policiales, más agentes en servicio y la aplicación de sanciones en vía administrativa o penal.

En materia de seguridad ciudadana, la policía también extremó los controles de botellón y la vigilancia para evitar el vandalismo. En el primero caso, se realizaron 307 controles en las zonas en las que se suelen reunir los jóvenes para beber. Con esta medida, los agentes intentan prevenir el fenómeno social y evitar que genere molestias al resto de los ciudadanos, velando también por la seguridad y salubridad de los participantes. Asimismo, su presencia busca también evitar los atentados contra los bienes públicos y privados tratando de minimizar las incidencias por actos vandálicos. Entre enero y abril de este año se registraron 39 incidencias, la mayoría por pintadas y daños en contenedores y papeleras, vehículos e incluso propiedades privadas. En total fueron identificadas trece personas como presuntos autores de estos hechos.

En el área de tráfico se intensificaron los controles de alcoholemia y verificación de condiciones técnicas y documentación con una media de 700 inspecciones al mes. De esta actividad resultaron 204 alcoholemias positivas, de las cuales 32 se detectaron tras infracciones de tráfico y otras 14 después de accidentes. De los atestados practicados por la Policía Local durante este período, 95 derivaron en juicios rápidos.