Los acontecimientos que se sucedieron en el pleno de ayer también revelaron las diferentes posturas que existen dentro del grupo municipal socialista, y así, los cinco ediles críticos dejaron patente su malestar por la actitud del alcalde, Agustín Fernández, y de la edil de Urbanismo, Áurea Soto, dejando constancia al término de la sesión, y llegando alguno de ellos a pedir disculpas a la concejala de Democracia Ourensana, Susana Gómez.

Y aunque se mantuvieron en sus sillones hasta que el alcalde levantó la sesión, los cinco ediles socialistas, actualmente suspendidos de militancia, ya que en su momento abandonaron un pleno cuando se trató el punto relacionado con la compatibilidad de un funcionario, la reflexión de Susana Bayo fue de lo más reveladora: "No tiene nombre", en alusión a lo sucedido.

Por su parte, su compañero, el edil "castigado" por el alcalde y que le retiró sus competencias y la dedicación exclusiva, Rodríguez Penín, lo calificó de "inaudito", aunque advertía que "viniendo de quién viene, no es extraño". Referencia directa a la postura de Áurea Soto, concluyendo que "no se puede llegar a esta situación".

Para Mónica Vázquez, a la que felicitó el portavoz del PP, Rosendo Fernández, por la "valentía" de plantear que las personas con cargos públicos con imputación deben por ética marcharse, todo lo que aconteció "fue un horror", y lamentaba que se llegue a esos extremos.

Pero en lo que coincidieron los cinco ediles disidentes, y es lo que quisieron aclarar, es que en la reunión preparatoria del pleno del grupo socialista, a la que si asisten los concejales enfrentados con el alcalde y su núcleo duro, en ningún momento se habló de esa cuestión, aunque ahora son conocedores de otra reunión, sin ellos presentes, en la que se diseñaría esa estrategia con la que dicen estar totalmente desacuerdo, por lo que están dispuestos a trasladarlo a los órganos de dirección de partido, tanto a nivel gallego como nacional.

Provocación y ataque

Más contundentes fueron los portavoces de los grupos de la oposición. Así, Xosé Somoza, de BNG, que además de calificar "gravísimo" lo sucedido, acusó al grupo de gobierno de provocarlos, y justificó el abandono de los tres ediles nacionalistas por la "utilización de documentación personal" de una concejala -en este caso Susana Gómez de DO- para incidir en el debate político, lo que consideran de todo punto "inaceptable".

Por su parte, el portavoz popular, Rosendo Fernández, sentencia que la distribución entre los medios de comunicación, por orden de Áurea Soto, de documentación privada de una edil es "un deleznable y sucio ataque que sobrepasa los límites del debate político", además de que "evidencia la catadura moral de quién utilizó como arma arromadiza información confidencial".

En medio de la bronca, Fernández se dirigió a Soto y le espetó: "Vomitas veneno y maldad", para de inmediato dirigirse al alcalde y advertirle: "Mientras no se vaya esta señora -por Soto-, no hay nada que hacer".