Soplaban ya tempestades de crisis cuando en junio de 2008, el socio mayoritario del "Central Park", una céntrica cafetería y pub temático ya desaparecido del Parque de San Lázaro de Ourense, planeó presuntamente incendiar el local para cobrar del seguro que cubría el negocio y salir del atolladero. Es la base de la acusación de la Fiscalía -las compañías aseguradoras se adhieren- que, a mediados del próximo enero, cinco años y medio después de los hechos, llevará al banquillo a C. M.G. El hostelero será juzgado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial entre los días 13 y 15 del mes. El imputado, que llegó a ser encarcelado tras su detención a los pocos días del suceso, se enfrenta a una petición de condena de más de once años por un presunto delito de incendio con grave riesgo para las personas, en concurso con un delito de estafa en grado de tentativa.

El ministerio público se queda en el rango más bajo que prevé la ley -entre diez y veinte años- por el incendio con riesgo para la integridad de las personas. En su calificación inicial solicita 10 años y 4 meses de cárcel. El fuego presuntamente provocado con gasolina en varios puntos del amplio establecimiento no causó heridos y se contuvo gracias a la actuación inmediata de los Bomberos de Ourense. Dieciséis efectivos y cuatro dotaciones trabajaron en la extinción, dificultada por una densa humareda, durante más de dos horas. La Fiscalía de Ourense llama la atención sobre el "riesgo" que supuso el incendio intencionado para las terrazas, el edificio y la propia calle, constituyendo un "verdadero peligro". La condensación de gases tóxicos, además, pudo haber ocasionado una explosión.

El edificio del número 11 donde se ubicaba en régimen de arrendamiento la cafetería pub -hoy es un restaurante de comida rápida- estaba sin habitar, pero el fuego provocó desperfectos en el edificio por valor de 90.000 euros así como daños a un comercio anexo, más de 600 euros, y 10.500 euros en pérdidas a uno de los proveedores, que había cedido tanques y máquinas enfriadoras de cerveza.

Las partes reclaman una compensación y se adhieren a los cargos del fiscal, que en el caso del delito de tentativa de estafa pide al tribunal una condena de 10 meses de prisión, además de una multa de 1.500 euros. En total, cuatro abogados acudirán al juicio como partes personadas.

Según el relato de hechos que realiza la acusación, el plan empezó a ejecutarse días antes del incendio. La mañana del 29 de mayo de 2008, el hostelero acudió a una estación de servicio de las proximidades de Ourense y compró dos garrafas de gasolina que fueron encontradas tras la extinción del fuego. Así lo declaró un trabajador, que reconoció al acusado como el cliente tras extrañarse de que un particular hubiera adquirido los envases de combustible, de más de 20 litros cada uno. Sin embargo, el imputado justificó de que se trataba de un acopio de combustible para el coche de su hijo.

Este testimonio fue determinante para que el juez que entonces se encontraba de guardia enviara al hostelero a prisión provisional como presunto inductor del fuego. Carlos M.G., socio mayoritario y administrador del pub, llevó presuntamente las garrafas al local, donde ya había otras dos así como recipientes de metanol. El acusado habría acordado, con una tercera persona que nunca fue identificada, provocar el incendio la noche del 2 de junio. Era el día de descanso del negocio. Por la tarde, presuntamente violentaron la entrada para simular una acción ajena y, después de desactivar la alarma, el empresario dejó dentro al autor material.

La persona no identificada, señala el fiscal, distribuyó las cuatro garrafas por distintos lugares, como la puerta, la barra, o la pista de baile, así como dos botellas de metanol. Tras prender fuego, abandonó el establecimiento. Testigos aseguraron ver a un individuo que se marchaba apresuradamente poco antes de que el olor a humo y a quemado alertara al personal de una cafetería anexa.

Una coartada

El acusado, que negó al juez buscar una compensación del seguro al afirmar que tenía otros negocios y que la factura de daños era superior a lo que podría percibir, también ofreció una coartada de la noche de los hechos. Según dijo, estaba cenando con una hija. Además, el escrito de defensa se basa precisamente en que la autoría del incendio provocado fue decisión y obra en exclusiva de personas no identificadas. Tras el incendio, el acusado contactó con la compañía aseguradora y con el banco para tramitar la compensación, pero no llegó a lograrlo. Fue detenido el 13 de junio de 2008.