Cuando se habla de división en el grupo de gobierno entre ediles socialista, Agustín Fernández opta por la vía de restar importancia, y aunque en está ocasión no utilizó el recurrente "irrelevante" en relación a que algunos miembros de su gobierno no están dispuestos a apoyar el nombramiento de Carmen Rodríguez como directora xeral de Recursos Humanos, como adelantó FARO en su edición de ayer, reconocía la existencia de "ciertas discrepancias", en este y otros asuntos, pero "no son cuestiones importantes".

Y para no adentrase de lleno en la nueva polémica en la que está inmerso, el alcalde indicó que cada miembros del gobierno están gestionando sus respectivas áreas, por lo que esa postura hasta "es normal", ya que luego "hay llamada de teléfono, y no pasa nada", y daba por zanjado el asunto.