La empleada del hogar María del Carmen Z.C. y su hijo Cristian Mauricio, ambos de nacionalidad colombiana pero con residencia legal en España, fueron ayer a juicio por hurto y receptación de joyas valoradas en 25.000 euros. La primera se enfrenta a una petición de condena de 18 meses de prisión por el delito de hurto, y el segundo a siete meses por receptación continuada.

La mujer está acusada de aprovecharse de la confianza que la víctima depositó en ella al dejarle las llaves de su domicilio y llevarse en 2008 las joyas que la dueña guardaba en una caja fuerte sin cierre de seguridad. Parte de ellas fueron recuperadas en el momento de la detención, pero otras se vendieron en joyerías. De esto se encargaba supuestamente el hijo, que tras recibir el paquete colocó las alhajas en cuatro establecimientos distintos. Todo ello con "ánimo de obtener un enriquecimiento ilícito". En total se recuperaron joyas por valor de 2.065 euros, pero el resto no fueron localizadas.