El mismo día, con escasas horas de diferencias, y planteamientos contradictorios, a tenor de los documentos, en relación a las asignaciones con fondos públicos a los grupos políticos, aunque los dos forman parte del mismo grupo, el socialista, que gobierna en minoría el Concello de Ourense. Los protagonistas, el concejal de Hacienda, José Ángel Vázquez Barquero, y la edil no electa de Personal y a su vez secretaria de la agrupación local del PSOE, Carmen Rodríguez.

Así, mientras Vázquez Barquero remitía, a través de correo electrónico a los grupos municipales, además de a la coordinación de Alcaldía, el borrador de los presupuestos para 2013, en el que se incluye la partida, dentro del apartado de "Órganos de gobierno", para las asignaciones a grupos políticos municipales con un montante económico de 174.202,20 euros, su compañera en el gobierno municipal, como secretaria de la agrupación local, Carmen Rodríguez, pedía al alcalde que suprima las asignaciones a los grupos municipales, en una nota oficial, aunque luego la matizó con un "de forma provisional" hasta que no se aprueba un reglamento.

Y eso que en la Junta de Portavoces, y después de una reunión de algo más de una hora y media, se llegaba al acuerdo de mínimos en lo relativo, después del escándalo que se produjo con la contabilidad del grupo socialista por el pago de bebidas alcohólicas para fiestas particulares, mantener las asignaciones, como así lo anunció el alcalde, Agustín Fernández, al término de la misma.

Los dos miembros del grupo de gobierno socialista, que formaban parte del denominado "núcleo duro" del exalcalde, Francisco Rodríguez, durante la asamblea de la agrupación local defendieron la gestión que se viene realizando, y trataron de minimizar lo sucedido con las cuentas del grupo municipal y sobre todo con lo que ahora denominan "gastos impropios", Y ya puestos, Carmen Rodríguez aseguró que lo mismo debía suceder (suprimir las asignaciones a grupos políticos) en la Diputación y en el Parlamento de Galicia.

La decisión de la ejecutiva local, de la que daba cuenta su secretaria, en la actualidad miembro del gobierno municipal hasta que se publique la sentencia del Tribunal Constitucional que llevará consigo su abandono al eliminarse los concejales no electos, contrasta con la valoración que realizaron otros compañeros, totalmente opuesta.

Unas diferencias que ya no sorprenden a los grupos de la oposición municipal, que de forma reiterada las vienen denunciando, aunque revelan que la división en el grupo socialista es real, por más que intente el alcalde y el secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, por escenificar todo lo contrario, como sucedió recientemente con el "paseo de la unión" en la celebración de la tradicional fiesta de los maios.

Gastos

Y es por eso que en el tema de las asignaciones a los grupos municipales y los gastos objeto de polémica, que fueron pasto de controversia, los planteamientos entre los ediles socialistas no son coincidentes, tanto en lo que se refiere a la supresión como en lo tocante a gastos que después de lo manifestado ayer por la edil de Urbanismo y secretaria del grupo, Áurea Soto, no hacen más que alimentar las dudas.

Para la oposición municipal, y en concreto para el grupo popular, es esclarecedor y también preocupante que Soto asegure que tanto las fiestas al exalcalde -bebidas y el mariachi-, lo pagaron a escote entre los que asistieron, llegando a dar la cuantía económico que tuvieron que abonar cada uno de ellos.

La revelación de la secretaria del grupo socialista y titular de la cuenta corriente a donde van a parar los fondos públicos de la asignación, lleva a preguntarse, incluso a compañeros suyos, que si es como dice Áurea Soto -pago a escote- se pudieron incluir en los gastos las facturas, que están reflejadas en la contabilidad de 2012, que fueron avaladas por el alcalde, Agustín Fernández, en su condición de portavoz.

Claro que tanto la secretaria de la agrupación local como el alcalde se apresuraron a justificar que se trataba de un "error contable", y de esa forma evitar que por parte de compañeros de grupos y de algunos militantes se insistiera en un tema que consideran zanjado en la junta de portavoces.