-¿Desde la distancia -se encuentra en Nueva York-, los premios de su tierra se agradecen más?

-Pues sí, es todo un honor y un orgullo poder recibir premios de los tuyos cuando estás fuera y te dedicas a llevar la gaita a todas partes. Para mi recibir un premio de Galicia es mucho más importante y emocionante que cualquier otro galardón que me concedan.

-La literatura y la música se complementan bien.

-La literatura y la música han estado casi siempre unidas, en muchos géneros diferentes, como en la ópera, la canción de autor y el repertorio vocal. Uno de mis discos, el que hice con Rosa Cedrón, constituye un buen ejemplo de ese complemento.

-¿El premio la ha sorprendido, en plena vorágine de trabajo?

-En esta temporada no me puedo quejar. Llevo casi cuatro meses de gira. La noticia me ha pillado en Nueva York. Estos días estoy aquí, antes de marcharme para Galicia, donde intervendré como miembro del jurado del festival de Cans (Pontevedra).

-¿Conoce el acto de entrega del premio Trasalba?

-Yo creo que nunca he asistido a la entrega del premio Trasalba. Si asistí fue de pequeñita, cuando era miembro de la Real Banda de Gaitas.

-¿Qué siente cuando pisa el suelo del patio del pazo de Trasalba?

-La figura de Ramón Otero Pedrayo, junto a otros escritores gallegos, es una inspiración constante para nosotros, por la visión que ofrece de Galicia. A mí la figura de Otero Pedrayo me toca muy de cerca.

-Cuáles son sus escritores amados, dentro de la literatura gallega?

-Tengo una devoción profunda por Rosalía de Castro. Es mi escritora de cabecera. Siempre la tengo en mente, porque sus poemas son especialmente musicales y su poesía genera mucha imaginación. También tengo como referentes a Álvaro Cunqueiro, Lois Pereiro, Eva Veiga y Yolanda Castaño.

-¿Qué queda en su agenda de sus amores de Ourense?

-Ourense es mi tierra. Como gallegos, de alguna manera, estemos donde estemos, nos llevamos nuestras raíces con nosotros. Esas raíces enraízan de nuevo allá donde vayamos. En Ourense se mantienen esas raíces para mí, en mi madre, mis hermanas y en todos mis recuerdos de infancia. Yo siempre que puedo estoy en Ourense. Tengo devoción por mi madre, y por estar con ella. Todo el casco viejo fue la zona en la que me crié: la calle San Miguel, la ruta por la rúa da Paz, hasta el Instituto Otero Pedrayo, la vuelta para el hospital viejo, donde iba al Conservatorio y a la Escuela Provincial de Gaitas. Todas mis memorias, hasta los 17 años que me marché a estudiar fuera, están ahí.

-¿Encuentra algún hueco para la actividad creativa entre concierto y concierto o lo hace solo durante los períodos de reposo?

-Esa es una buena pregunta. La verdad es que al estar viajando constantemente, y casi siempre viajo sola, he aprendido a aprovechar el tiempo muy bien, sobre todo el tiempo en transportes: las veinte horas que te puedes pasar en un vuelo a China, las 16 horas de un vuelo a India, para mí son muy productivas, porque todo el tiempo que paso en los aviones hace que me centre muy bien en los medios de transporte, al permanecer alejada de la tiranía del flujo constante de información, porque no todos los vuelos tienen internet.

-¿Cuál es su próximo proyecto?

-Acabo de sacar un nuevo disco en Estados Unidos, que es mi primer proyecto americano: un disco de jazz y de raíces que está teniendo muy buena acogida por parte de la crítica.

-¿También toca la gaita en ese disco?

-En ese disco toco el piano, toco la gaita y canto.