La vecina era pescadera y la materia prima que almacenaba en su casa, muy suculenta. Dos hombres acusados de varios robos fueron juzgados durante cuatro horas de vista y se enfrentan a una condena de hasta seis años de prisión. En la casa de la comerciante, residente de uno de los acusados, los hombres se apoderaron, entre dinero y efectos, de más de 100 kilos de pulpo. La pareja cayó en el cerco policial gracias a una prolija investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que incluyó seguimientos e intervenciones telefónicas. Sus dos mujeres llegaron a estar involucradas. De hecho, fueron detenidas y enviadas a la cárcel junto a sus maridos. Finalmente, el fiscal no ejerció acusación contra ellas y ayer no tuvieron que sentarse en el banquillo del juzgado de lo Penal Número Uno donde se decidirá el futuro inminente de los presuntos ladrones.

Ambos contaban con antecedentes penales que, no obstante, no computarán como agravante por reincidencia. Entre los meses de junio y agosto del año 2009 llevaron a cabo los tres golpes que los investigadores les atribuyeron. José Higinio R.D.S. y Adolfo A.A., los dos de 42 años de edad, actuaron de común acuerdo, según el fiscal. Dos veces acudieron a robar a un centro cultural de Crecente, una localidad limítrofe pero de la provincia de Pontevedra.

La primera ocasión fue entre el 9 y 11 de junio. Los acusados forzaron presuntamente la puerta, accedieron al interior del centro y sustrajeron varias bebidas alcohólicas y helados. Asimismo, destrozaron la televisión y rompieron el cajón de la recaudación del futbolín, tal y como detalla la acusación pública.

Dos meses más tarde regresaron al lugar de los hechos para reincidir. El 5 de agosto de 2009, sitúa el ministerio fiscal, los dos hombres violentaron nuevamente la puerta del centro cultural y se hicieron con un botín valorado en 234 euros. Se llevaron una cortadora de fiambre, un ordenador, nueve botellas de alcohol de distinto tipo y dos mecheros. Con su irrupción en el local cultural, causaron daños por valor de 638 euros.

El último golpe tuvo lugar en la casa de la vecina. Fue de madrugada, en julio de 2009, según reconstruyeron los investigadores de la Guardia Civil. Los acusados se presentaron en la vivienda de Ramirás de una vecina de ellos que se dedica al pescado y los congelados. Los presuntos ladrones encontraron en la casa su mayor botín.

Tras escalar un muro de dos metros que circunda la propiedad, los dos imputados se apoderaron de un amplio botín conformado entre herramientas, alimentos congelados, dinero y electrodomésticos. Según detalla el ministerio público en el escrito de calificación que ayer mantuvo sin cambios tras 4 horas de juicio, los dos hombres se robaron del domicilio de Ramirás una radial, un televisor panorámico, un taladro, una sierra circular, una hidrolavadora, 80 kilos de langostinos embalados en dos cajas, 100 kilos de pulpo embolsado en plástico, un reproductor multimedia, un disco duro portátil, 4 kilos de guisantes congelados, una caja de helados, un cable prolongador, 3.000 euros en monedas y billetes, 20 discos DVD de películas originales, 25 bolsas con filetes y chuletas, así como 18 paquetes de carne picada.

La sustracción de los alimentos congelados no fue un asunto menor para la perjudicada. Solo los langostinos y el pulpo superaban los 1.500 euro s de valor, según la propietaria. La mujer, no obstante, pudo recuperar 38 de los 100 kilogramos de cefalópodo sustraído, además de 23 kilos de langostinos, tal y como precisa el ministerio fiscal al relatar los hechos.

Los investigadores llegaron a recuperar, asimismo, las bolsas con filetes y chuletas, y la carne picada, así como la televisión panorámica, la radial, el taladro y la hidrolavadora que los dos acusados presuntamente robaron de la vivienda.

La investigación policial no se demoró más de un mes desde el último robo que se le imputa a los acusados. Los dos, junto a sus parejas también detenidas, ingresaron provisionalmente en el centro penitenciario en septiembre de 2009. Los cuatro están ahora en libertad. Los maridos esperan ya una sentencia que corresponde a la magistrada de lo Penal Número Uno.

El fiscal les imputa dos delitos distintos, uno de ellos continuado, por los robos. Tiene en cuenta que el último se cometió en una casa habitada. El ministerio público fija una pena de tres años de cárcel por cada uno de los dos delitos. En suma, José Higinio y Adolfo podrían ser condenados a seis años de prisión si prosperan los cargos. Las dos defensas trataron de desarmarlos ayer y consideran que no hay pruebas suficientes. Solicitan a la juez la libre absolución de los presuntos ladrones. Si son condenados deberán afrontar además una indemnización.