El canónigo de la catedral de Santiago, José Leonardo Lemos Montanet, será ordenado obispo de Ourense en la primera o segunda semana de febrero de 2012, tal como anunció en rueda de prensa, en la que compareció ayer acompañado por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, momentos después de que el nuncio del Papa, Renzo Fratini, diera a conocer su nombramiento.

La ordenación episcopal será "antes del inicio de la cuaresma", por lo que Lemos Montanet dará "una serie de pasos", como establecer contacto con las autoridades eclesiásticas de Ourense, tras mantener varias reuniones con el administrador diocesano, Luis Quinteiro Fiuza. Y ahora se dispone a "encontrarme con el vicario general, con el colegio de consultores, con toda la llamada jerarquía pastoral de la diócesis de Ourense" para estudiar y concretar las actuaciones pertinentes de cara a la ordenación episcopal.

Leonardo Lemos Montanet dispone de tres meses para prepararse, que no tiene la intención de agotar. Adelanta que la ordenación se producirá "en la primera o segunda semana de febrero", tras fijar la fecha mediante consenso con los sacerdotes de Ourense. Por su parte, el vicario de Pastoral de esta diócesis, José Pérez Domínguez, adelantó a este diario que varios miembros de la cúpula de la iglesia ourensana se trasladarán a Santiago la próxima semana, "para ponernos a su disposición, porque ya es nuestro obispo (electo)", con la finalidad de estudiar el calendario para la ordenación.

Lemos Montanet expresó al nuncio del Papa, Renzo Fratini, que su "especialísimo deseo" es que lo consagre obispo de Ourense el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Bario, porque "ha sido mi arzobispo y lo seguirá siendo", dado que la diócesis de Ourense forma parte de la provincia eclesiástica de Santiago de Compostela, de la cual Barrio "es la cabeza". Y aprovechó el acto para pedirle que se fuera "preparando para la fiesta de la ordenación".

El obispo electo aclaró que no teme encontrar una situación de desgobierno en la diócesis de Ourense, porque "creo que no lo hay", a pesar de que permaneció vacante durante casi dos años. Basa su diagnóstico, en que "ha tenido un obispo administrador diocesano, que ha contado con la colaboración de sus sacerdotes, de toda la curia episcopal", por lo que considera que lo acogerá "una iglesia diocesana que camina en esperanza".

No se atreve a definir sus prioridades como obispo electo de Ourense, porque "todavía no hice composición auténtica de lugar, pero si me dejo llevar del corazón, mi principal preocupación será la cercanía y mostrar mi cariño hacia los sacerdotes". Muestra un especial interés por los sacerdotes ancianos y enfermos, porque "en nuestra diócesis estamos viviendo una experiencia de sacerdotes muy mayores. Algunos de ellos piensan que ya no sirven, en cambio son más serviciales que nunca, a través de su oración y del testimonio de su vida".

Lemos Montanet reveló que el nuncio del Papa le comunicó su designación el día 30 de noviembre, tras lo que mantuvo "la reserva de silencio que me impusieron". El jueves por la tarde ya trascendió la noticia, que adelantó Faro.