La plaga incendiaria de Ourense deja un parte de intendencia como las cifras de guerra. Ayer se hacía de día con 50 focos activos, 17 sin control y 33 todavía en rescoldos. El martes hasta 89 puntos distintos sembraron la alarma. Por eso cinco mil efectivos y 40 aeronaves –aún con dificultad por el humo– pueblan el territorio para luchar contra la amenaza al medioambiente, a los bienes y a las personas del fuego después de una semana de crisis de fuegos.

La Xunta y el Gobierno se dieron la mano institucional sin reyertas políticas y escenificaron ayer, en un comité de coordinación a dos bandas en Santiago, el propósito de redoblar esfuerzos para culminar la extinción y de erradicar la sensación de impunidad entre pirómanos: "Los delincuentes serán cazados", advirtió el nuevo delegado del Gobierno, José Manuel Pose. En lo que va de año las fuerzas estatales han detenido en Galicia a 66 delincuente y la Policía Autonómica, a 77. En alto porcentaje, por negligencias.

La proximidad de ignicición de los focos –hay una práctica sucesión de columnas de humo en 100 kilómetros de distancia– y la reiteración de incendios en determinados municipios, como Maceda o A Peroxa, justifica una mayor vigilancia en determinadas zonas y presión policial. "Queremos que esto sirva como aviso a aquellos que están prendiendo fuego al monte y poniendo en peligro el patrimonio natural de Galicia", indicó el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda. La Xunta trata de mover la conciencia social de denuncia entre vecinos.

El operativo cobra vigor gracias al impulso de los medios estatales tras apenas tres semanas de octubre con más de 1.400 incendios, el 25% de todos los focos declarados en 2011, según el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez. La intervención militar en una crisis que desborda la capacidad civil de los medios de la Xunta y ha llevado al límite a efectivos de Protección Civil, voluntarios y vecinos enfrentados con las manos contra el fuego, llega a cifras de batallón. Un total de 843 militares de la UME, con 189 vehículos, están centrados en cuatro frentes de Ourense: Cea, Baltar, Montederramo y el Macizo Central en Manzaneda. Al contingente se suman efectivos de la BRIF y medios aéreos.