Las consecuencias de esas deficientes infraestructuras ferroviarias con que cuenta Galicia, y concretamente Ourense, hacen que el tren, en este caso el de cercanías, sea un sistema de transporte seguro, pero no así rápido, como señala en su estudio-libro el ingeniero Miguel Ángel Pavón. El autor subraya que eso lleva a que "no sea fiable ni que actúe con regularidad horaria", de ahí que no exista hábito de transporte público por la escasez de frecuencias.

También contribuye a la baja utilización del tren de cercanías el que no hay una compatibilidad o convergencia con el transporte de carretera, al actuar ambos de modos independientes. Todo ello hace que se incremente el uso del transporte privado, algo que no sería tan alto si se produjera esa mejora en toda la infraestructura ferroviaria.

Pero esta situación no solo afecta al transporte de viajeros, ya que las actuales infraestructuras también han llevado a que sea escaso el transporte de mercancías por ferrocarril, y que se debe a las velocidades lentas de esos trenes. Según los datos que aporta Pavón, las velocidades medias comerciales son del orden de 40 o 50 kilómetros hora, con lo que se hace muy difícil la captación de tráfico, a lo que se le une la falta de puertos secos.

Sostiene Miguel Ángel Pavón que en el diseño del tráfico de mercancías es imprescindible la fiabilidad, seguridad y rapidez en el transporte, sobre todo en el de paquetería.