Más de 140 menores, con edades inferiores a 18 años, fueron ingresados en Urgencias del Complexo Hospitalario de Ourense (CHOU) en los últimos doce meses para ser tratados por intoxicaciones etílicas. Quince de ellos tuvieron que ser derivados al Materno Infantil, donde los atendieron pediatras, al tener edades comprendidas entre 13 y 14 años. Durante el año que está a punto de concluir, el CHOU atendió a más de 360 personas con intoxicaciones etílicas, la mayor parte de ellas, con edades comprendidas entre 15 y 21 años, procedentes del botellón.

La mayoría de los casos se concentran durante los fines de semana, especialmente en la madrugada de los viernes y sábados, con hasta siete ingresos por intoxicaciones etílicas entre los dos días. En carnavales, magostos y fin de año se pueden elevar hasta diez.

Pese a la crudeza de estos datos, el jefe del departamento de Pediatría del CHOU, Federico Martinón, se muestra partidario de "no alarmar", y aclara que este tipo de conductas, aunque son muy preocupantes, "no suelen generar secuelas irreversibles", si son esporádicas y no hay reincidencia. De todas formas, reconoce que es un problema grave. "El consumo de alcohol en edades cada vez más tempranas y en mayor número, eso es una realidad total", por lo que contempla como "muy oportunas y bien elaboradas" las medidas que ha impulsado la Consellería de Sanidade para atajar la incidencia del alcoholismo y del botellón.

A partir del mes de febrero, los padres podrán ser sancionados con multas que oscilan entre 600 y 3.000 euros cuando los menores sean sorprendidos consumiendo alcohol, tras la aprobación de una ley, para atajar el problema del alcoholismo entre los menores, por parte del Parlamento gallego, que aprobó el PP en solitario. La conselleira de Sanidade, Pilar Farjas, justifica la medida, argumentando que "la mitad de los que beben a los 14 años, acaban siendo adictos".

El jefe del servicio de Urgencias del CHOU, Arturo González López, confirma que existe una doble tendencia, muy preocupante: "Cada vez se reduce más la edad de consumo de alcohol y de mezclar este producto con tóxicos. Una parte elevada de los jóvenes que pasan por Urgencias, no presentan intoxicaciones etílicas puras, al asociar el consumo del alcohol con drogas". Y cuando salta la alarma, por reincidencia, ya toma cartas en el asunto la Unidad de Conductas Adictivas, especialmente "si se relaciona el consumo de alcohol con consumo de drogas". Hay un grupo de jóvenes reincidentes, que ingresan de cinco a diez veces al año en Urgencias, al mezclar el consumo de alcohol con el consumo de drogas.

Los jóvenes que presentan mayor riesgo, son los que empiezan con el alcohol y luego hacen una transición al consumo de estupefacientes, como las drogas de diseño y la cocaína.

El Servicio de Urgencias notifica todos los ingresos de menores –normalmente acuden al centro acompañados por algún amigo– a sus padres. "Nosotros no le damos el alta, hasta que viene a recogerlo uno de sus familiares, mayor de edad".

Existe una fuerte evolución, hacia la equiparación de sexos. Hace una década, las intoxicaciones etílicas de mujeres solo representaban un 2 o un 3%, mientras que ahora se sitúan entre el 15 y el 20%.

Arturo González alerta sobre el peligro de accidentes de tráfico, en estas condiciones. "Cuando se juntan tres factores: intoxicación etílica o drogas, coche y menor de edad, es una combinación mortal".

El jefe del servicio de Urgencias tuvo que atender personalmente en 2009 a "una niña de trece años" por intoxicación etílica, que acabó derivando a la UCI de Pediatría. "Es un problema gordo, algo descorazonador. Cuando les ves la cara a los padres… Siempre crees que es algo puntual, pero cuando un menor de trece años tiene que ingresar en Urgencias por consumo de alcohol o drogas, te hace replantear absolutamente todo".

Los jóvenes suelen ingresar en Urgencias en estado semiconsciente, vomitando, por lo que los facultativos comprueban el nivel de consciencia que tiene y tratan de garantizar que tenga una buena respiración, que mantenga las constantes y hacerle lavados nasográstricos, si es necesario, además de administrarle antídotos para contrarrestar el efecto de las drogas, complejos vitamínicos para corregir el efecto del alcohol y van vigilando el nivel de consciencia. Lo estimulan cada poco tiempo, para comprobar si mejora el nivel de consciencia. "La agresividad suele aparecer asociada a un consumo de tóxicos".

También existe la figura del "hiperfrecuentador", correspondiente a personas alcohólicas, generalmente varones con edades comprendidas entre los 40 y los 65 años, que ingresan en urgencias de 30 a 40 veces al año.