El Obispado de Ourense firmó ayer un acuerdo con Cimo para contratar a recién licenciados en Historia y Biblioteconomía para que informaticen y cataloguen los fondos del Archivo Diocesano de Ourense. Los empleados no serán remunerados económicamente y ni siquiera optarán a regularizar su situación laboral a medio o largo plazo, ya que cada tres meses el Obispado renovará la plantilla con nuevos trabajadores bajo las mismas condiciones.

La institución eclesiástica alegó ayer que "no es posible" pagarles a estos trabajadores porque "ya es un milagro atender así el archivo", explicó el canónigo archivero de la Catedral, Miguel Ángel González, refiriéndose a la falta de fondos.

La situación de precariedad laboral que azota a los recién licenciados se ensaña con los especializados en ramas en las que más paro existe, como es el caso de Historia o Biblioteconomía, ocasión que aprovechan las empresas privadas para contratar mano de obra barata y sumisa. De este modo, suele suceder que cuando los recién licenciados se hartan de trabajar gratis y dejan el empleo, se recambian rápidamente por otros recién licenciados en paro.

La novedad es que estas estrategias empresariales salten a instituciones públicas o sin ánimo de lucro, como la Iglesia o la autodenominada "entidad social declarada de utilidad pública": Cimo.

Promover el empleo

El obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, se mostró orgulloso del convenio firmado con Cimo porque "representa la voluntad de la institución de colaborar con esta importantísima tarea de promover el empleo".

Quinteiro tampoco tuvo reparos a la hora de describir la acción como una foma de combatir "la lacra actual que representa el desempleo", a pesar de que fueron tajantes negando la posibilidad de establecer un contrato digno y remunerado. Sólo aseguraron su compromiso de solicitarles una plaza a alguna administración pública.