La campaña de la vieira en la ría de Pontevedra está a punto de cumplir su primer mes, con resultados positivos para los cerca de diez barcos que están trabajando este recurso. La toxina y el proceso de desove del marisco de momento les han permitido trabajar en buenas condiciones y se han superado las cifras de los años precedentes, tanto en kilos como en facturación. De hecho desde hoy mismo toda la ría quedará abierta a la extracción después de que las analíticas realizadas la semana pasada en la Zona I (que se corresponde con Aldán y la parte más exterior) fuesen favorables.

La flota trabaja de lunes a jueves y desde la apertura de la campaña ha podido trabajar un total de 17 días. Hasta la fecha las capturas de vieira ascienden a más de 15.000 kilos, con una facturación alrededor de los 75.000 euros. Los barcos comenzaron a trabajar en la parte intermedia de la ría, que inicialmente era la única en la que los índices de toxina estaban dentro de lo permitido. Al cabo de dos semanas pudieron trasladarse a la zona III, que es la que se sitúa al fondo de la ría. Según los propios marineros, se trata de un ámbito más pequeño, pero en el que se encuentran los bancos más importantes.

La autorización del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) para la apertura de la Zona I llega quizás en el mejor momento posible. En los últimos días las embarcaciones empezaron a tener problemas para alcanzar los cupos autorizados, lo que se traduce en una llegada más tardía a puerto. A finales de la semana pasada se realizó un nuevo muestreo en la parte de Aldán, cuyos resultados llegaron ayer a la Cofradía de Bueu. Las analíticas vuelven a ser favorables, por lo que desde hoy mismo los barcos tendrán más "campo de trabajo" a su disposición.

Los datos contabilizados hasta ayer convierten a la actual campaña de la vieira en la mejor de los últimos años. La presencia de la toxina impidió trabajar este recurso durante casi dos décadas y la primera vez que se pudo volver al mar fue entre diciembre de 2014 y enero de 2015. En esa ocasión el sector pudo trabajar 16 días, con un total de 11.686 kilos y más de 46.700 euros de facturación. La toxina no permitió volver a trabajar hasta 2017, con una campaña de solo once días y que concluyó con más de 8.000 kilos y 31.000 euros de facturación.

Una de las diferencias con respecto a las campañas anteriores está relacionada con el comprador. En las dos anteriores toda la producción la adquiría Porto Cambados, una empresa vinculada a la Cofradía de Cambados. Este año puso en marcha su propia planta de eviscerado e iba a tener problemas para poder absorber las capturas de la flota de la ría de Pontevedra y de Arousa. Finalmente la cofradía de Bueu encontró en Mariscos Veiro, también de la localidad de Cambados, un comprador dispuesto a recoger toda la mercancía en unas condiciones muy similares a las anteriores.