El murciélago de Bechstein (Myotis bechsteinii) es un mamífero forestal europeo ligado al bosque, que está en regresión y poco común en la mayor parte de su área de distribución, tal y como consta en el estudio que realizó la Asociación Drosera para el estudio y conservación del medio natural, dentro del programa "Morcegos de Galicia" y financiado por Conservas Antonio Pérez Lafuente en la zona de O Morrazo, en concreto en Chans, en Cela (Bueu), en el límite con el municipio de Moaña.
Gracias a este estudio, que se realizó en 2012, se identificaron los primeros refugios de cría conocidos en Galicia, según esta asociación, y permitió caracterizar el habitat -carballeiras-en el que se alimenta esta especie forestal. Una de las personas que participó en el estudio fue Zeltia López Gallego, bióloga que lo presentó como proyecto de final de máster. en la Universidad Complutense de Madrid. El estudio también fue presentado en las IV Jornadas de la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos en diciembre de 2012 y publicado en la revista Micolucus en 2016.
¿Pero qué pasó desde entonces?, ¿tuvo continuidad el estudio? Zeltia López asegura que una vez finalizado el trabajo, que se desarrolló de mayo a julio de 2012 con el seguimiento de seis hembras marcadas con radiotransmisores, dentro de esta misma colonia de O Morrazo, y una vez identificadas las áreas prioritarias para la colonia, el objetivo principal era la conservación de los árboles en donde se refugian estos murciélagos.
Para ello, desde Drosera -una asociación para la conservación del medio natural que nació en Lugo en 2004- se intentó promover la firma de acuerdos de custodia con los propietarios de las parcelas donde se localizaron los refugios.
Explica que estas custodias son acuerdos, sin implicaciones legales, entre el propietario y la asociación mediante el cual ambos se comprometen a colaborar en la conservación de un determinado refugio o área.
Reconoce que miembros de la asociación se pusieron en contacto con la comunidad de montes de San María de Cela, que gestiona los montes mancomunados en la zona y se mostró muy interesada en la protección de estos mamíferos. Colaboró para localizar a los propietarios, pero desafortunadamente, no viven en la zona y hasta el momento no ha sido posible la firma de un acuerdo de custodia.
