Los primeros seis kilómetros del Corredor do Morrazo -entre la rotonda de Domaio y la salida de Meira- fueron cerrados al tráfico ayer a las diez de la mañana, con puntualidad británica y sin salirse del guión previsto. Pasada ya la hora punta de la mañana, el cierre no ocasionó retenciones inmediatas en las carreteras interiores de la comarca, ni en la PO-551 ni en la N-554 que accede a la rotonda de entrada al puente de Rande desde Vilaboa. La circulación fue fluida incluso entre las dos y las cuatro de la tarde, cuando la Guardia Civil de Tráfico ordenó el paso por la rotonda de Domaio. Apenas en la bajada de Meira de Arriba, coincidiendo con el cruce con la carretera general, hubo colas poco significativas.

Es más, la experiencia del cierre de comienzos de año fue valiosa, y en la hora punta de regreso del trabajo tampoco se registraron atascos, aunque el tráfico fue más denso y algunas colas pequeñas se formaron en los semáforos del puerto de Domaio, de la Porta do Sol de Meira y en la rotonda de Salitre. Estas colas comenzaron a las siete de la tarde, pero sobre las ocho y media el tráfico volvía a ser fluido.

Los conductores apostaron por regresos escalonados desde Vigo y además el refuerzo del barco entre Moaña y la ciudad olívica fue clave. Nabia constató un importante incremento en el número de viajeros. Aunque a las seis apenas hubo usuarios, en las siguientes rutas en las horas punta el número de pasajeros fue de hasta 100 personas más que en un día con el Corredor abierto.

Por la mañana, el personal de la empresa que construye el primer subtramo -Copasa- apiló desde primera hora conos y barreras plásticas de tipo New Jersey en el entorno de los dos puntos de corte.

A las diez en punto comenzó el cierre por el carril de incorporación al Corredor desde la salida de la AP-9. Tras instalar conos indicando que el paso estaba cerrado se instalaron las barreras de plástico. Se pintaron también de negro las líneas de la calzada y se habilitaron nuevas señalizaciones horizontales en amarillo pegadas sobre el asfalto.

La siguiente medida fue cerrar, con las barreras de plástico, la entrada desde la rotonda hacia Cangas. En sentido inverso se cortó también el paso desde la salida de Meira.

El corte de los carriles de salida del Corredor no se efectuó hasta 50 minutos después, para cerciorarse de que no quedaba ningún coche dentro de la vía y después de que algún conductor despistado tratase de colarse en esta carretera por el carril contrario, desistiendo de su empeño tras ser advertido a gritos por los propios operarios de la obra.

Un camión cisterna se acercó a la zona para llenar de agua las barreras de plástico y evitar así que el viento las mueva. Se instalaron también señales de prohibido el paso y balizas luminosas para indicar a los conductores por la noche que deben tomar la rotonda y proceder por las carreteras de la costa.

El siguiente paso para cerrar por completo estos dos primeros subtramos de la futura autovía fue la instalación de barreras de hormigón prefabricado, a escasos metros de las vallas de plástico, para garantizar que ningún conductor despistado acceda a la carretera. Llegaron a la zona en un camión de gran tamaño con una grúa y fueron instaladas una a una cerrando por completo un tramo de 6 kilómetros que no volverá a ser transitable, al menos, hasta el próximo mes de mayo.

El refuerzo del barco en Cangas, adelantando a las seis de la mañana el comienzo del servicio, sigue en negociaciones con la naviera Mar de Ons. En donde sí se reforzó el servicio fue en Moaña y el resultado fue inmejorable. Eso sí, el primer barco de Nabia, que se adelantó una hora al horario regular, partió a las seis de la mañana pero, al estar todavía el Corredor abierto, apenas contó con tres pasajeros.

Al mediodía las rutas de transporte de ría entre Vigo y Moaña eran ya más utilizadas. "Es la primera vez que voy en barco a Vigo. Trabajo en Teis. Siempre iba en coche pero opto por el barco para evitar el atasco. En el cierre de comienzos de año sufría hasta tres cuartos de hora de retraso en carretera", se lamentaba el vecino de Moaña Manuel Rodríguez, que debe coger un barco, un Vitrasa y andar unos 2 kilómetros para llegar ahora a su puesto de trabajo. "Notei máis xente no barco. A outra vez sufrín algún atasco en Domaio, menos mal que reforzaron o transporte de ría", explicaba desde el muelle de pasajeros Anxo Pérez, natural de Bueu.

Los que no tienen más remedio que circular por carretera se arman de resignación ante la previsión de siete meses de atascos y rutas más largas, aunque de momento no sufrieron problemas. "Eu traballo no centro de Moaña pero son de Domaio, agora teño que dar máis rodeo", explicaba tras salir por Meira el conductor Diego Ríos.

A última hora de la tarde, sorprendidos por un regreso desde Vigo sin apenas atascos, los conductores de la comarca mostraban una grata sorpresa. "Estoy sorprendida. Salí con media hora de antelación para hacer un recado en el centro de Moaña y no encontré problemas", explicaba una conductora.

"Fuimos a Vigo de paseo y a la vuelta tuvimos que venir por la carretera general, pero no hay mucho tráfico", desvela la vecina de la villa Lola Yáñez.

En un semáforo de Meira, la condictora Bárbara López mostró también su sorpresa por el tráfico encontrado y por no haber sufrido retenciones.

A última hora de la tarde no fue necesaria la intervención de agentes de la Guardia Civil de Tráfico.

Bárbara López | Conductora de Moaña

"Regreso a última hora de la tarde y no sufrí con el tráfico"

Lola Yáñez | Conductora de Moaña

"Venimos de Vigo y no encontramos retenciones en la general"

Manuel Rodríguez | Usuario del barco de Moaña

"Es la primera vez que voy a trabajar en barco, para evitar atascos"

Diego Ríos | Conductor de Domaio

"Ahora tenemos que dar más rodeo, como ocurrió en el corte de enero"

Cándido Iglesias | Conductor de Moaña

"Para la gente que trabaja a primera hora es un problema"

Carmen Gayo | Vecina de Meira

"Va a ser muy difícil cruzar la carretera con tanto tráfico"