Las reiteradas quejas de usuarios de la playa de Lagoelas por la presencia de perros, muchas veces sueltos y orinando o defecando en el arenal, han convencido a la Xunta y al Concello de que hay que dar marcha atrás y revocar la decisión de permitir el acceso de animales. El argumento definitivo lo ha puesto la Consellería de Medio Ambiente, cuyos agentes han constatado la presencia de perros sueltos y sin control, incluso de razas potencialmente peligrosas y sin bozal, así como de excrementos sobre la arena y las rocas y la afectación de una pequeña zona dunar y con vegetación a proteger que se está deteriorando al excavar los canes. La decisión de prohibir el acceso de perros ya está tomada y los servicios técnicos municipales preparan el documento que se llevará el martes a Xunta de Goberno Local para darle validez oficial.

Las quejas de algunos usuarios comenzaron prácticamente desde el momento en que se habilitaron las playas de A Cunchiña y Lagoelas para el disfrute de mascotas. Denunciaron públicamente los comportamientos "incívicos" de algunos dueños que se muestran indiferentes mientras sus perros orinan o defecan junto a los bañistas. Varios afectados presentaron escritos de protesta en el Registro municipal y llegaron a reunirse con el alcalde, Xosé Manuel Pazos, que se comprometió con un grupo de vecinos a "esixir que se cumpra o ordenanza e mandar á Policía Local" para garantizarlo, sancionando a los infractores y tomando medidas "máis contundentes" si no se percibía un cambio de actitud a corto plazo. "Nese caso habería que eliminar as praias para cans" y no se conseguía una convivencia armónica de perros y personas. Sin embargo, los intentos del gobierno local de reconducir la situación no fructificaron, las protestas continuaron y los agentes de Medio Ambiente acaban de darle la puntilla con sus duros informes sobre lo que está pasando y las consecuencias sobre el entorno.

La alcaldesa en funciones, Mercedes Giráldez (BNG), reconoció ayer que el problema está ahí y urge solucionarlo. Tras conocer la notificación del Servizo de Conservación da Natureza de la Xunta, habló con la concejala de Medio Ambiente, Tania Castro (ACE), y el edil de Sanidade, Tomás Hermelo (AspUn) para tomar una decisión consensuada al respecto, que pasa, muy probablemente, por dejar sin efecto la habilitación de Lagoelas para el disfrute de perros. Con respecto a la playa de A Cunchiña, donde también hay quejas y un grupo de vecinos de Balea lamentó que "tengan prioridad los perros sobre las personas" y que padezcan las consecuencias de excrementos sin recoger, de momento no existen los mismos reparos ambientales, por lo que no está previsto variar su condición a corto plazo.

Tanto en este arenal del centro de Cangas como en el de Lagoelas, en la parroquia de Aldán, la vigilancia municipal es mínima, según coinciden en señalar los usuarios críticos. "Mandarei reforzar os controis, pero non podemos ter un policía en cada praia ", señaló Pazos hace unas semanas, aunque dejó claro que el problema no está en permitir el acceso de perros, sino en los dueños "que confunden as praias donde están permitidos os cans con praias só para cans", con la consiguiente falta de respeto a los bañistas que padecen ese tipo de comportamientos.

Difícil acceso

La alcaldesa en funciones, que también es concejala delegada de Obras e Servizos, reconoce que Lagoelas es una playa de difícil acceso, imposible con medios mecanizados, por lo que la limpieza debe realizarse por mar y de forma más espaciada que en otros arenales. Unas condiciones que influyen en la decisión de "deshabilitarla" para el disfrute de animales, aunque las razones principales son las quejas de los usuarios y los informes negativos de los agentes de Protección da Natureza.