El PP no se da directamente por aludido por la censura del Tribunal de Cuentas al reparto de gratificaciones y productividad entre la plantilla de trabajadores de Cangas durante el ejercicio de 2011 porque, recuerdan, solo estuvo al frente del gobierno municipal la mitad de aquel año, tras ganar las elecciones, y además aplicó a las nóminas las condiciones que figuran en el convenio colectivo desde 1993 y las cuantías que ya se pagaban y que el Concello sigue pagando a día de hoy. Su portavoz, y entonces alcalde, José Enrique Sotelo, asegura que el Consello de Contas los "felicitó" por su colaboración y aportación de documentos para su investigación, y que el actual regidor, Xosé Manuel Pazos, "filtra" información parcial para desvincularse de una práctica que no ha cambiado a día de hoy.
"Se pagaba lo que se pagaba porque así figura en el convenio colectivo que había y aún sigue vigente", asegura Sotelo, que reconoce que esa fórmula de incrementar los sueldos de los trabajadores con gratificaciones por productividad siempre se empleó para "compensar" salarios de funcionarios y demás trabajadores públicos. Sin embargo, para la Fiscalía del Tribunal de Cuentas esa práctica no es de recibo y por eso ha abierto diligencias previas a Cangas y a otros 22 municipios gallegos para determinar responsabilidades. Advierte que las retribuciones por productividad y gratificaciones no pueden ser lineales, sino extraordinarias, y pone en tela de juicio el "café para todos" que se viene aplicando.
Según el exalcalde, el Consello de Contas tenía previsto fiscalizar el ejercicio de 2009, y así lo comunicó a través de un oficio, aunque lo fue demorando por falta de medios hasta 2013. Pero como se revisan ejercicios cerrados a todos los efectos, se reclamaron los documentos de 2011, "y no también de 2012, como se da a entender", critica el PP, que retomó las riendas municipales a mediados de 2011, por lo que la responsabilidad sería compartida con sus predecesores, sostiene.
Por contra, Sotelo defiende que su gobierno siempre aprobó los presupuestos municipales previa negociación de las condiciones salariales y sociales con los trabajadores, algo que no ha hecho el actual ejecutivo, censura. No obstante, en los últimos años los presupuestos han recibido reparos de los técnicos de intervención y tesorería, advirtiendo de prácticas irregulares, aunque los políticos las han obviado para inflar los salarios de la plantilla. "Que Pazos no pretenda lavarse las manos, porque siempre se hizo y se hace así", recalca.
