La creciente demanda de agua por los vecinos, la existencia de manantiales suficientes para paliar ese déficit y la incapacidad del actual depósito de Monte Castelo para almacenarla han llevado a la comunidad de usuarios del lugar a promover la construcción de un nuevo depósito de 1.000 metros cúbicos (un millón de litros) que triplicará la capacidad actual y se suministrará con los reboses de aquél. Tras varios años de gestiones, el proyecto ya ha sido redactado y presentado a la Xunta y al Concello, que está dispuestos a colaborar en su ejecución. La Administración local, facilitando los permisos, y la autonómica, financiando las obras, cuyo presupuesto ronda los 200.000 euros.

Los promotores de la iniciativa, la Comunidade de Usuarios de Augas Monte Castelo, que preside Ramón Marcos, ya han logrado la cesión del terreno, unos mil metros de monte próximo al actual depósito (de 300 metros cúbicos) cedidos durante 30 años por los comuneros de Darbo con la única condición de que el futuro depósito lleve instalado tomas de agua para su conexión a los camiones de lucha contra incendios forestales y que se priorice el servicio a miembros del colectivo que carecen de abastecimiento.

El nuevo depósito será de hormigón prefabricado de sección circular y tendrá unas dimensiones de 20 metros de diámetro y 3,5 de altura. Los técnicos optaron por ese sistema por su menor coste de fabricación e instalación, y sus mayores garantías de estanqueidad y estructura. Se descartaron otras opciones de mayor altura para reducir el impacto visual, que será "mínimo" debido también a la ubicación escondida del terreno.

Adosada al futuro depósito se levantará una caseta para albergar la maquinaria y materiales necesarios para su funcionamiento, como la conexión de las tuberías o la instalación del sistema de purificación de aguas, mediante rayos ultravioleta. El abastecimiento se hará con el agua procedente de los manantiales de Vagoada da Garita, Boudaguas y Laíños, que ya suministran al actual con un caudal superior a su capacidad de almacenamiento, lo que provoca frecuentes reboses.

"Coa excepción do verán, ao longo do ano vai máis auga por fóra da que cabe no depósito", señala el presidente del colectivo, que pretende mantener en funcionamiento ambas instalaciones gracias a la abundancia de agua. De hecho, la ubicación del futuro depósito estará dos o tres metros por debajo del actual, con el fin de que el agua del rebosadero caiga por gravedad al nuevo. Desde allí se dará servicio a las 55 viviendas de los asociados, así como los que puedan incorporarse en adelante.