"El primer foco comenzó sobre las once de la noche y el que estaba más cercano a las casas, sobre las doce". Muchos no olvidarán fácilmente los momentos de tensión que el fuego dejó a su paso por el monte comunal de San Roque, en Darbo. La voz de alarma se extendió rápidamente entre el vecindario de la zona. Los servicios de emergencia y los propios vecinos fueron los encargados de avisar a las familias de que el fuego amenazaba algunas casas cercanas al monte. Montse Sas es una de las vecinas de las casas más próximas al incendio y recuerda que "sobre las once de la noche vimos el fuego del primer foco desde el balcón y cómo llegaban los bomberos y la Guardia Civil".

"Al principio no sabíamos muy bien lo que pasaba, pero después comenzaron los otros focos y llamaron a más coches de bomberos y de la Guardia Civil", comenta esta vecina canguesa. A partir de entonces, se extendió el nerviosismo entre los residentes de la zona. "Algunos decían que teníamos que desalojar pero no queríamos". Esta vecina asegura que "pasamos miedo porque los árboles están pegados a las casas y el fuego estaba cerca". Además, "una de las viviendas tiene en su parte trasera un depósito de gasóleo que podía causar problemas", asegura.

Dada la situación "decidimos que lo mejor era ayudar". Fue entonces cuando esta vecina ofreció el agua de su piscina para que los bomberos pudieran apagar las llamas más cercanas al núcleo urbano. "Nos ayudamos de una manguera para echar agua hacia los árboles y evitar que las cenizas prendieran dentro del terreno, estuvimos mojando todo", indica. "Un bombero vino con una bomba de achique para aprovechar el agua de la piscina y ayudar a apagar el fuego", continúa.

"Aunque los bomberos aseguraban que el fuego subía hacia arriba teníamos miedo de que las ráfagas de viento lo acercaran más a las viviendas", destaca Montse Sas. Las labores de extinción se prolongaron durante más de cinco horas en las que los residentes pasaron momentos de mucha tensión. Otro de los vecinos de la zona destacó "la rapidez de los servicios de emergencia" y asegura que "yo estaba en la cama cuando me despertaron y me mandaron desalojar, pero ya estaban los Bombeiros do Morrazo, Protección Civil y ambulancias".

Varios residentes indican que el incendio tuvo varios focos. "Después de empezar el que estaba cerca de las casas nos avisaron de que había otro cerca de la capilla de San Roque", apunta una mujer. Por tanto, sostienen que el fuego fue intencionado. El más cercano a las viviendas se extinguió sobre las cuatro de la mañana, pero otro de los focos todavía continuaba activo, aunque con menor intensidad.

Durante la mañana de ayer varios vecinos vieron a miembros de los retenes vigilando el entorno. "Cuando fui a trabajar a las 10.30 horas había dos camiones contra incendios controlando que no volviera a prender fuego y limpiando", puntualiza una residente.

Peticiones vecinales

Varios afectados indican que solicitaron que cortaran los árboles cercanos a las viviendas para evitar este tipo de problemas. Montse Sas recuerda que "pedí que cortaran los árboles varias veces pero nunca lo hicieron; teníamos miedo porque son muy altos y el viento podía tirar uno abajo y causar destrozos en las habitaciones, que están en la parte de arriba o, lo que es peor, provocar daños personales". "Estuvieron marcando algunos ejemplares hace un tiempo por la normativa que dice que hay que limpiar de árboles los cincuenta metros que lindan con las viviendas, pero al final no hicieron nada y no es la primera vez que tenemos un susto", comenta otro vecino de la zona.