La Guardia Civil busca a los autores del robo de un vehículo en Vila de Cruces, que luego había sido utilizado para asaltar la capilla de O Montserrat, en la parroquia lalinense de Donramiro. Los hechos tuvieron lugar en la madrugada de hoy, cuando una patrulla del puesto principal de Lalín localizó a un vehículo sospechoso estacionado en medio del campo de la fiesta. Tras acercarse al turismo comprobaron que estaba abierto y al inspeccionar la zona observaron que una ventana de la parte posterior del templo había sido forzada, pero en principio los asaltantes no habrían podido acceder al interior del inmueble.

Poco después verificaron que el vehículo había sido robado en una empresa de Vila de Cruces y, tras contactar con su propietario, éste les comunicó que no tenía constancia de que le faltase y accedió a recuperarlo poco después. En principio el turismo estaría abierto y con las llaves puertas, y así fue dejado por los ladrones, que habrían emprendido la fuga al no poder entrar a la capilla. Como el coche presentaba varias ralladuras y al menos un fuerte golpe en la parte frontal, la Guardia Civil cree que pudo haber sido empleado para realizar un alunizaje, pero al resultar fallido, los ladrones lo habrían usado para acercarlo a la ventana y, tras encaramarse al techo del mismo, tratar de entrar por una ventana que está al menos a un par de metros. Tras una inspección ocular se comprobó que había una marca en la pared, que habría sido provocada por un golpe con el coche, quizá al acercarlo a este punto para pegarlo al templo y subir hacia la ventana. La Benemérita ha abierto una investigación para aclarar la autoría de los hechos, si bien los responsables eclesiásticos de la parroquia no presentaron denuncia.

El párroco de Donramiro, Marcos Torres, señala que los ladrones buscaron el acceso por la ventana, porque las tres puertas de acceso son robustas y dice que el asalto se frustró porque detrás de la ventana forzada hay otra puerta interior. Torres publicó ayer una curiosa carta en su perfil de Facebook dirigida a los "autores de la apertura incómoda de una ventana en la capilla de Donramiro". Antes de darles su bendición, apela a la ironía para decir a estas personas anónimas que si lo que pretendían era ir a misa, el templo está abierto en sus horas de celebración de oficios o que si su deseo era rezar, como "Dios es perfecto y no sometido a la materia", no es necesario entrar a la capilla "para ser atendidos "por Nuestro Señor". "Permitidme un consejo: respetad la maravillosa costumbre gallega de trabajar y rezar durante el día, para descansar y dormir bien durante toda la noche".

En caso de que el objetivo de los asaltantes fuese el de robar en la capilla, el párroco explica que apenas hay material de valor en su interior, porque los cálices dorados o los candelabros son de latón. O que los misales se pueden comprar en tiendas especializadas en varios idiomas o en internet, aunque en este caso la versión en gallego está agotada. También indica que el altar es de piedra, las imágenes de escayola y el equipo de megafonía no funciona bien. O que las monedas que dejan los fieles nunca quedan en el templo. "El esfuerzo no compensaría, os lo aseguro", ironiza. Por último, Marcos Torres sí lamenta que el arreglo de la ventana sí deberá ser costeado por los feligreses; "esa gente buena que todos los días entra en la capilla a rezar a la Virgen María".