El Concello de Lalín lanzó el año pasado una campaña para acabar con la basura en las calles, aunque le dio más protagonismo si cabe a las colillas que en algunos pueden verse por decenas desperdigadas en la vía pública. Después de distribuir carteles y otros productos como chapas, la iniciativa tiene continuidad con la instalación de dos señales informativas en dos espacios públicos de mayor concentración de personas: la Praza da Igrexa y el entorno del mercado de abastos. Estos dos han sido los emplazamientos elegidos para colocar estas señales en la que se declara al municipio libre de colillas. La campaña fue vista en su momento con diversidad de opiniones. Mientras algunos la consideraron prescindible o solicitando más papeleras, hay vecinos que la respaldaron por entender que es necesaria más conciencia cívica para erradicar prácticas como la de tirar basura en la calle. El propio alcalde, Rafael Cuiña, recordó en su momento asimismo que el ayuntamiento mantiene en vigor una ordenanza municipal en materia de medio ambiente, que establece sanciones para aquellas personas que ensucian las zonas públicas o realizan conductas reprobables. Con arreglo a esta normativa, ya se tramitaron numerosas multas por faltas leves como orinar en la calle o tirar desperdicios en espacios púbicos. Estos expedientes fueron instruidos y luego aprobados por la Guardia Civil, sobre todo, durante las noches o fines de semana. El regidor municipal lalinense insistió entonces en que las colillas, además de ensuciar y permanecer durante mucho tiempo por no ser biodegradables, también son elementos altamente contaminantes.