El Concello de Silleda emitió ayer un comunicado para posicionarse ante la situación por la que pasan las 36 trabajadoras de Serinter, la empresa adjudicataria del Servizo de Axuda no Fogar. Parte de la plantilla se concentró ayer ante el consistorio y ante la sede de la firma, para pedir el pago de las nominas de enero y febrero así como el cumplimiento del convenio del sector en cuanto a las horas que debe realizar cada empleada.

Desde Benestar Social su concejala, Pilar Peón, apunta que lamenta "profundamente" el momento por el que está pasando la plantilla, y asegura que "siempre apoyamos sus reivindicaciones". La concejala, que está al tanto de las irregularidades de la empresa desde hace tiempo, recuerda que mantuvo reuniones con esta firma en numerosas ocasiones "hasta que no fuimos capaces de resolver los reiterados incumplimientos". La única solución que le quedaba al Concello era no prorrogar el contrato (había una opción de alargarlo dos años más) y sacar el servicio de nuevo a concurso. El plazo de presentación de ofertas termina este sábado, 31 de marzo, de modo que se pasa al día siguiente hábil, el lunes de 2 de abril.

En los pliegos de esta nueva contratación ya se contemplan una serie de medidas para evitar que vuelvan a producirse situaciones como la que se vive con Serinter tanto en Silleda como en Forcarei. Así, en la cláusula 28 del pliego de condiciones del concurso, en el que figura el régimen sancionador, se indica que si detecta algún incumplimiento en materia laboral, ya sea en relación al convenio colectivo, en las obligaciones de pago mensuales o en la cotización a la Seguridad Social, esto pasará a considerarse como falta muy grave, de modo que el Concello puede imponer a la concesionaria multas de entre 5.000 y 30.000 euros así como la rescisión del contrato.

Pilar Peón apunta que en un plazo de dos o tres semanas se firmará un nuevo contrato con la empresa que resulte concesionaria. "Esperamos y deseamos que se solucione la situación de las trabajadoras, y sobre todo que los usuarios no se vean afectados", concluye.

La CIG, a través de las trabajadoras, se quejó en numerosas ocasiones de la precariedad en que trabajan, no sólo por acumular retrasos en sus nóminas, sino porque el precio que reciben por hora de labor es inferior al que se marca en el convenio. Serinter tuvo también problemas con la plantilla del SAF de Forcarei por la demora en abonar las nóminas, pero en este caso el gobierno presionó hasta que, ahora, las cuentas están al día. La CIG confía en que Forcarei saque el servicio de nuevo a concurso en el mes de septiembre.