El 22 de diciembre de 2012 el Concello de A Estrada puso en marcha su prestación municipal de alimentos, una iniciativa por la que apostó el departamento de Benestar Social, que dirige la edil Amalia Goldar, para propiciar que la administración local se implicase directamente en la ayuda más básica a familias estradenses que atraviesan una delicada situación económica, sumándose a la labor desempeñada en este sentido por entidades como Cáritas Parroquial o Cruz Roja. El servicio se puso en marcha con una veintena de unidades familiares a las que el Concello venía entregando puntualmente alimentos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte el número de usuarios de esta prestación ha caído un 60%.

La propia Amalia Goldar concretó ayer que en estos momentos son solo ocho las familias con las que colabora el Concello de A Estrada a través de esta línea de ayudas. Apuntó que la cifra fluctúa, sin que hasta la fecha haya bajado de siete unidades. En este sentido, la titular de Benestar Social explicó que la administración local lleva ya un tiempo notando una significativa reducción del número de solicitudes de esta prestación, de manera que a lo largo de 2017 "nunca pasaron de diez" las unidades a las el ayuntamiento entregó alimentos.

A la hora de explicar a qué atribuye el gobierno esta reducción de la cantidad de familias usuarias, Goldar apuntó a la reincorporación al mundo laboral o a la percepción de ingresos por la disponibilidad de otro tipo de ayudas, caso de la Renta de Inclusión Social de Galicia (Risga).

Aunque una de las principales condiciones para el acceso a esta prestación municipal sería carecer de recursos, Amalia Goldar indicó que en ocasiones, pese a que existen recursos por otras vías, el Concello valora si la situación de la familia requiere la continuidad de esta aportación de alimentos, por ejemplo en el caso de que existan menores a cargo. Incidió la edil en que siempre que un ciudadano cursa una petición para ser usuario de este servicio un trabajador social evalúa su caso concreto, al igual que ocurre cuando la situación de esta unidad familiar concreta varía. En todo caso, reconoció que esta aportación de alimentos sería compatible con las ayudas de entidades como Cáritas o la Fundación Amigos de Galicia, por la que también colabora el ayuntamiento estradense.

En vista de que el número de usuarios de este programa descendió, el gobierno tomó la decisión de variar los recursos que se destinan al mismo. De este modo, la aportación presupuestaria a la prestación municipal de alimentos pasó este año de 20.000 a 15.000 euros, destinándose los 5.000 de diferencia a cubrir casos de emergencia social. En este capítulo tendrían cabida supuestos como el pago de recibos de gas, electricidad o alquiler, así como la compra de medicinas, entre otros.

La prestación municipal se articula a través de una entrega semanal de alimentos. Junto a los productos no perecederos, la administración incluye carne y verduras frescas. No obstante, esta frecuencia se ve incrementada en el caso de familias que atraviesan una situación de mayor dificultad o en la que existen niños.

En cuanto al tiempo de respuesta de la administración local ante estas situaciones de necesidad, Goldar apuntó que depende de la situación concreta y de la carga de trabajo del departamento, si bien indicó que estas gestiones administrativas "suelen ser rápidas", buscando que no pase más de una semana entre la solicitud y la primera entrega de alimentos.

La tendencia descrita en los últimos meses por este servicio municipal coincide con la situación registrada en 2017 por Cáritas Parroquial de A Estrada. En un año, 40 familias estradenses lograron abandonar el recurso al banco de alimentos de la entidad parroquial, de manera que esta pasó de atender a 220 unidades familiar a aportar alimentos a 180.