El edil del PP Manuel Fernández defendió la necesidad de batidas permanentes para controlar la población del jabalí y sus daños en los cultivos. Casares dijo que comprendía la preocupación de los ganaderos, pero que con más batidas el censo de jabalíes no solo había menguado sino aumentado. Vinculó la solución a este conflicto a una política de ordenación del monte por parte de la Xunta. El ejecutivo se abstuvo en esta moción, como también lo hizo Cruz.