La encuesta estructural de los hogares que difunde el IGE también analiza el número de familias que en 2016 recortaron gastos en cuestiones como la hipoteca, la compra de alimentos gracias al cultivo para autoconsumo o en reparaciones, al acudir a algún familiar para tareas de reforma.

Entre 2011 y 2016, se desplomó a la mitad el número de hogares que tienen gasto en hipoteca de la vivienda principal, pasando de 6.247 a 3.106, y siguiendo así la misma tónica que se da en toda la provincia, en una tendencia que ha dejado atrás la vorágine de adquisición de vivienda en favor de alquileres que no atan de por vida. En Pontevedra, si en 2011 había 84.902 familias que cada mes tenían que hacer frente a la letra de la hipoteca, cinco ejercicios después la cifra baja a las 71.480.

Mientras se recorta el gasto en hipoteca, también aumenta el número de familias que se aprieta el cinturón a la hora de comprar comida o en la puesta a punto de casa. Hay 19.743 familias, que son el 76% del total de la zona, que logran contener estos desembolsos económicos, y son casi 5.000 más de las 14.729 que se contabilizaban cinco años antes. Es curioso, pero en los datos provinciales baja este ahorro en alimentos y reparaciones: si en 2011 había 149.232 familias con esta práctica (eran el 42,4% del total), en 2016 la cifra baja a las 145.049 (el 40,7%).

De nuevo, el aumento de precios de los bienes impide que ese ahorro sea más generoso. Los vecinos de Deza y Tabeirós-Montes en 2011 conseguían economizar de media al mes 181,23 euros en la compra del supermercado o en las reformas de casa. La cifra era más alta que los 102,83 que se reservaban de media en toda la provincia. Pero, con el paso de los años, esa capacidad de ahorro ha mermado: en 2016, la contención media en la comarca es de 135,14 euros. Son 45 euros mes que un lustro atrás, pero también es cierto que duplica los 61,51 que se ahorran de media en toda la provincia.