"Nosotros somos parte de la solución, nunca del problema". Así de claro se manifestó ayer el secretario comarcal de Unións Agrarias, Román Santalla, para evidenciar que la labor del sector agroganadero está, desde siempre, enfocada a la prevención de incendios forestales. Tras la oleada de fuegos del pasado fin de semana, que en Deza arrasó más de 500 hectáreas en los montes de Silleda, el comité del sindicato esbozó ayer una serie de propuestas que se elevarán a la Xunta para reorientar una política forestal "que priorice la tendencia de uso del monte mediante la biomasa en lugar de la industria del fuego que manda hasta la fecha", indica Santalla.

Unións coloca frente a esa falta de prevención y ordenación del territorio "un aprovechamiento integral y una prevención durante los meses de invierno", que además aparque "aberraciones como forestaciones en tierras agrícolas, algo que solo se hace en Galicia". Así, además de un censo de puntos críticos de fuegos (al margen de las zonas de alto riesgo que cada año recoge el Pladiga), Santalla propone una optimización del agua que cae con las precipitaciones, "en torno a 1.000 litros por metro cuadrado al año, y que en buena parte va a parar a las presas de hidroeléctricas". Así, plantea la construcción de balsas, a modo de miniembalses, que sirvan para reutilizar esa agua en tareas agrícolas pero también para equipos de extinción de fuegos forestales.

No suponen un gran desembolso económico, al igual que el diseño de un sistema de alertas entre las cooperativas ganaderas, para que éstas contribuyan con sus máquinas en la lucha contra el fuego. "Nuestra maquinaria a veces es más eficaz que la de las brigadas, porque pueden lanzar el agua a hasta 60 metros de distancia", explica el sindicalista.

Durante el comité comarcal, sus miembros también cuestionan los cortafuegos que se realizaron en el Candán, que demostraron no ser efectivos por los eucaliptales, que al arden generan temperaturas de hasta 1.000 ºC. "Lo lógico sería hacer una sábana grande para que la maquinaria circule con seguridad". Esta tarea corresponde a la Xunta, pero los dueños de los terrenos no tienen por qué ceder la superficie de modo gratuito. Unións tampoco ve con buenos ojos que los propietarios de parcelas en la Rede Natura 2000 "no puedan realizar ni una poda. Al menos debería dárseles alguna aportación económica" por ceder, de algún modo, estos terrenos.

Y, hablando de terrenos, es imposible no mencionar el Banco de Terras de Galicia, Bantegal, que lleva en marcha ya varios años pero que, en la práctica, no se traduce en ningún beneficio. Unións anima a la Xunta a aprovechar la terrible situación que acaba de vivir la tierra gallega para reactivar también una iniciativa que tendría que haber servido para que los ganaderos dispusiesen de mayor base territorial y depender así menos de insumos, al mismo tiempo que volvían a cultivarse tierras abandonadas durante años.

Granja de Avega

Por último, Unións solicita a la Xunta "la mayor celeridad posible" en la tramitación de licencias para la granja que ardió en Cornoa, en la parroquia trasdezana de Siador. La nave albergaba más de 11.000 gallinas en explotación ecológica y es propiedad de la cooperativa agoladesa Avega. Se encontraba en plena actividad.