Los vecinos de Lalín y A Estrada aportaron el año pasado a sus ayuntamientos casi 15,6 millones de euros en los principales impuestos y tasas municipales. El nivel de recaudación y, en consecuencia la mayor presión fiscal, ha ido en aumento durante los últimos diez años una vez que en 2006 la liquidación de las cuentas de las dos administraciones capitales de comarca había sido de cinco millones menos. La recaudación, por tanto, de tributos y precios públicos locales se incrementó en un 50%, aunque esta escalada no debe atribuirse solamente a una mayor carga impositiva, sino que también hay que tener en cuenta la oferta de nuevos servicios que hacen crecer los ingresos por tasas.
Lalín y A Estrada son dos urbes medias muy semejantes, aunque distintas en lo que respecta a su capacidad para engordar sus cuentas municipales de impuestos y tasas de competencia directa. El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es la principal vía de financiación y, con los datos definitivos de las cuentas del pasado año, la partida de tributos directos -la contribución es el más destacado- indican que los contribuyentes lalinense aportaron 5,54 millones de euros por los 3,78 de los estradenses. Diez años atrás los ingresos en esta partida habían sido de 3,2 y 2,1 millones respectivamente. En este caso hay que tener en cuenta que el padrón de bienes inmuebles de Lalín es mucho más elevado que el de la localidad vecina. En impuestos directos las cuantías son 164.747 y 72.635 euros respectivamente. En este caso conviene destacar el alza de ingresos en Lalín por el impuesto de construcciones. La mayor diferencia se detecta en la recaudación por tasas y otros ingresos, ya que la administración pública de la capital dezana alcanzó los 3,6 millones y la estradense, poco más de 2,4. Si atendemos a los recursos económicos que habían supuesto las tasas para ambos concellos diez años atrás observamos que ninguno de los dos había alcanzado los dos millones. En Lalín la liquidación de las cuentas, con datos del Ministerio de Hacienda, indican que fueran casi 1,6 millones, mientras que A Estrada estaba por delante al obtener cerca de 1,8.
Si solo nos ceñimos a los balances cerrados de 2016 de impuestos directos, indirectos y tasas y los comparamos con los del ejercicio precedente la recaudación sube aunque no de una forma llamativa. Son 15.588.124 euros frente a los 14.585.227 del curso anterior. De esta cifra a Lalín corresponden 8,9 millones y a A Estrada otros cerca de seis.
Una mayor solvencia financiera, en casos, permite a los concellos incrementar su volumen de inversiones, aunque algunos municipios optan por minimizar al máximo su deuda y no llevar a cabo proyectos y así no tener que llamar a la puerta de los bancos para afrontar un crédito. La amortización del pasivo y otras actuaciones hoy en día están sujetas al férreo control que el ministerio hace de las administraciones públicas, que deja escaso margen de maniobra a las corporaciones locales. Con todo los datos de la liquidación de las cuentas del año pasado indican que Lalín acometió inversiones por 2.7 millones y A Estrada, por 1,8. Estos 4,5 millones son semejantes a los 4,7 del montante de inversión real de ambos ayuntamientos de hace una década. El récord de Lalín en este período se alcanzó en 2013 -8 millones en gran medida por la compra del Lalín Arena- y el mejor dato inversor de A Estrada se dio en 2009, con 6,1 millones.
En lo que respecta a la evolución de la deuda bancaria el año pasado se cerró en Lalín con casi 3,6 millones pendientes de amortizar. El mayor volumen de endeudamiento de los últimos tiempos fue al término de 2013, cuando el concello llegó a deber 8,1 millones a los bancos. El pasivo de A Estrada al cierre del pasado curso era de 2,7 millones. El pico máximo de deuda bancaria se había registrado durante el año 2011, cuando acumulaba préstamos por importe de 4,3 millones de euros.
