Una merecida jornada de desconexión y fiesta fue la que tuvieron ayer los trabajadores de hostelería y restauración de Lalín, celebrando como cadaño a la patrona de su oficio, Santa Marta. Más de 300 personas se reunieron para cenar en la Carballeira do Montserrat en la parroquia de Donramir, en la vigésimo primera edición del evento organizado por la Asociación de Hosteleros de Lalín.

Los festejos dieron comienzo por la tarde, con el disparo de bombas y la salida a la calle de la charanga Ardores, que animó por las tardes el ambiente de la localidad. A las 20.30 horas tuvo lugar la tradicional misa solemne en la capilla do Montserrat, que finalizó con la procesión de la figura de Santa Marta por los alrededores del edificio.

Antes de la esperada cena, se rindió homenaje a Antonio Rodríguez García y Virginia López Bértolo, los fundadores en 1964 del desaparecido Bar Belelle. El secretario de la asociación, Amalio González, fue el encargado de ofrecer un emotivo discurso, en el que apuntó la importancia de la labor realizada por los dueños del Belelle, que se convirtió en centro social de A Cacharela. Los encargados de recoger los honores fueron sus hijos, Andrés y Leonor Rodríguez, que también colaboró con el establecimiento en sus años de juventud.

Tras el acto de tributo póstumo, unos 300 comensales, entre hosteleros y demás asistentes a la fiesta, compartieron mesa y disfrutaron de un menú consistente en pulpo con cachelos, carne ao caldeiro, postre y café. La velada se alargó hasta bien entrada la madrugada, amenizada por la charanga os Ardores y el dúo Punto Zero en la Carballeira do Montserrat.