La asociación Amigos do Monte lleva en marcha poco más de un año y aglutina a 37 propietarios de terrenos forestales en los lugares de Outeiro y Reboredo, en la parroquia cruceña de Merza. El primer paso que dieron como colectivo fue la venta de madera de pino radiata, cortada en 11 hectáreas repartidas en fincas de distinta superficie. La plantación tenía unos 20 años y salió a subasta con una tasación ya fijada, lo que permitió que todos los propietarios obtuviesen unos ingresos en función de la madera que aportaron.

Estos montes ya están replantados de nuevo -los árboles miden ya en torno a medio metro-, y los promotores de la asociación anuncian que a principios del mes que viene se convocará a un encuentro a todos los propietarios para valorar la posibilidad de nuevos usos del monte. Uno de los promotores de esta iniciativa es el portavoz del PSOE, Xurxo Guzmán. Apunta que una de las ideas que se barajan es plantar en otras zonas del monte, manteniendo siempre la propiedad privada que le corresponde a cada uno. Importa, también, las tareas de limpieza y desbroce para evitar la propagación de fuegos forestales y, de paso, favorecer la proliferación de setas, que cada vez ganan más terreno como alimento. "Hace unos ocho año, logramos que Medio Rural limpiase en torno a unas 50 hectáreas de monte", recuerda Guzmán, pero en los últimos tiempos las tareas fueron sufragadas por los propietarios.

Por ese motivo, en su momento se planteó la posibilidad de introducir en los montes (disponen de unas 200 hectáreas) ganado como ovejas, caballos o vacas. "Es una idea que debe madurar, porque tendríamos que instalar cierres y pasos canadienses en las pistas", señala. También existe la alternativa de que algún ganadero de la zona se encargue de llevar a sus animales a pastorear en la zona, mediante el pago de un arrendamiento. Es algo que ya se hizo, por ejemplo, en montes comunales de Dozón. Con este sistema, se reducirían al mínimo las tareas de desbroce. Tampoco se descarta la posibilidad de introducir producción apícola. Todo ello tendría cabida en un monte que, además, está dentro de la Red Natura 2000.

En la reunión de julio se abordará la posibilidad de concurrir a subvenciones que permitan incrementar el beneficio colectivo de estos montes cruceños. El conocido como Monte da Valiña ya era, hace siglos, de propiedad comunitaria, pero en 1928 sus vecinos decidieron partirlo y crear títulos de propiedad. Casi un siglo después, se retoman medidas que permiten ahorrar costes en su mantenimiento.