Silleda es el municipio de la zona que registra el descenso más leve, motivo de alegría para el gobierno de Manuel Cuiña, ya que si en 2015 el censo había caído en 194 personas, ahora lo hace tan sólo en 38. El alcalde recuerda que el ayuntamiento está inmerso en una campaña de empadronamiento desde junio, "que está funcionando y con la que se busca conseguir una inercia, que vaya a más". Está enfocada, sobre todo, a las casi 900 personas que se calcula que residen en Trasdeza sin figurar en el padrón. Para animar a esas personas a pertenecer de facto a Silleda, el gobierno activa beneficios a la hora de participar en determinadas actividades o acceder a servicios, como la piscina o al Silleda Park que se instalará en la feria durnate la Navidad.

Iniciativa en Cruces

Desde Vila de Cruces, su regidor, Jesús Otero, dice que hay nuevos vecinos que se empadronan, pero no son suficientes para frenar la caída demográfica que causan el pronunciado envejecimiento y la mortandad. "Hay semanas en que fallecen cuatro personas, y apenas nacen niños", recalca. Avanza que en el año que está a punto de arrancar se pondrá en marcha, por primera vez en la historia del municipio, una campaña de empadronamiento.

Sin vacuna

El rodeirense Luis López califica la situación de "eterno problema" del rural a la que no es posible "encontrar la medicina". Tanto él como sus homólogos de Agolada y Dozón descartan que la fusión de concellos sea una solución. Ramiro Varela cree que hay que mancomunar servicios sin prescindir de la singularidad municipal. Tampoco Dozón prevé aplicar ninguna vacuna a la sangría que le ha dejado sin la mitad de su población en apenas una década.