De lo que antaño fue una carballeira que cobijaba una de las ferias más concurridas de la comarca, la que se celebraba los días 6 y 13 en Silleda, apenas queda hoy un solo roble como testigo mudo. El otro que todavía se mantenía en pie fue talado ayer por operarios del Concello de Silleda. En realidad, solo quedaba en pie un tronco prácticamente seco, según vecinos del lugar, debido a las continuas y agresivas podas de que fue objeto durante los últimos años.
Fueron varias las voces que ayer lamentaron la tala de un árbol centenario en un espacio de ocio infantil y juvenil desprovisto de sombras, ya que la reforma que se hizo en su día en la Praza da Feira Vella terminó con casi todos los carballos que había en la misma.