Todos los concellos gallegos de primera categoría tienen en sus ordenanzas fiscales el técnicamente denominado Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU), un tributo que se paga en el traspaso de bienes inmuebles, tanto en una transacción ordinaria entre particulares como en casos de herencias. La conocida comúnmente como plusvalía es un tributo potestativo que Lalín dejará sin efecto a partir de 2017 y, a la espera de conocer las cuentas del resto de municipios gallegos de más de 20.000 habitantes, en principio será el único caso en el que sus vecinos estarán exentos de cumplir con esta obligación tributaria.

La supresión de las plusvalías partió a raíz de una iniciativa de la oposición municipal que generó gran controversia en el seno del grupo de gobierno que, días antes, había propuesto aplicar a este impuesto para el próximo año una bonificación del 15% que la deducción para casos de transmisiones por herencias pase del 50% en vigor al 75 por ciento. Pero el PP echó abajo esta propuesta de ordenanza e hizo, junto al representante no adscrito, valer su mayoría numérica en el salón de plenos para dejar sin efecto un impuesto que había sido fijado hace más de una década. Los populares justificaron la supresión de las plusvalías alegando que así lo habían pedido el año pasado, además de, ya dentro del juego político, echar en cara a algunos de los miembros del ejecutivo local su posicionamiento contrario años atrás contra este discutido tributo que en algunas zonas de España ha sido recurrido a instancias jurídicas superiores. Mientras, el grupo de gobierno valoró esta decisión de la oposición en una estrategia de ahogar económicamente al Concello y menguar su margen de maniobra en la gestión municipal. En todo caso, el próximo año el tributo de plusvalías ya no figurará en el libro de ordenanzas fiscales.

Si este impuesto se cobra en Ribeira, Oleiros, Santiago, Ames, Arteixo, Carballo, Cambre, A Coruña, Culleredo, Ferrol, Narón, Lugo y Ourense, en la provincia también es obligatorio liquidarlo en los municipios de primera categoría: Vigo, Pontevedra, Redondela, Cangas, Ponteareas, Vilagarcía, Marín, A Estrada y Lalín. Si tomamos como referencia a la totalidad de los 62 concellos pontevedreses hay que señalar que las plusvalías, actualmente, son de obligada liquidación en las transmisiones patrimoniales en más del 66% de las localidades. En 41 se aplica y en 21, no.

En el caso de las comarcas la ordenanza está en vigor, además de en Lalín y en A Estrada, en Silleda y Forcarei. El resto de los concellos de Deza y Tabeirós sus vecinos no pagan las plusvalías. La repercusión de este impuesto en las cuentas municipales oscila mucho, incluso entre villas semejantes. Así, Lalín recaudó el año pasado 323.000 euros, mientras que A Estrada liquidó en 2014 un total de 77.300 euros. Y Silleda algo más de 27.000. La recaudación en Vigo superó los 9,4 millones y 1,2 en Pontevedra. En Vilagarcía su concello obtuvo 337.000 euros, en Ponteareas fueron 82.600 y en Cangas do Morrazo, 48.300. En Redondela la cifra se fue hasta los 774.000. Poio, sin ser villa de primera categoría, logró 558.433 euros. Otros ejemplos son Ribeira (388.000 euros), Oleiros (822.000), Carballo (360.000), Ames (206.000), A Coruña (5,8 millones), Lugo (2,1), Ourense (5) o Ferrol, con unas transferencias anuales por plusvalías de poco más de un millón de euros.