Vecinos de la calle Marín de A Estrada mantuvieron al mediodía de ayer una larga reunión con el alcalde, José López Campos, y con el edil de Urbanismo, Alberto Blanco, para aclarar la información recibida recientemente en relación al desarrollo urbanístico que promueve entre las avenidas de Vigo y Pontevedra la firma Bogaris. Después de que los vecinos trasladasen recientemente sentirse engañados al habérsele prometido -siempre según su versión- el pasado mes de marzo respetar la parte posterior de sus propiedades, el jefe del ejecutivo estradense les matizó que la solución que proponen sería "ilegal" e impediría una ordenada transición urbanística en este ámbito.

La problemática afecta a una decena de viviendas y a una nave industrial de construcción. Los propietarios que ayer se reunieron con integrantes del gobierno local representan en torno al 22% de los terrenos sobre los que se ejecutará el primer desarrollo urbanístico de iniciativa privada al abrigo del nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), el mismo que combina el uso residencial y comercial y sobre el que se proyecta el asentamiento de un supermercado de la cadena Mercadona.

Los vecinos sostienen que el pasado mes de marzo se les aseguró que las traseras de sus edificaciones -donde algunos tienen huertas o construcciones diversas- serían respetadas, sin necesidad de ocupar sus fincas, ya que el proyecto tenía una movilidad suficiente para desplazarlo los metros necesarios. Sin embargo, insisten en que la información que se les hace llegar ahora es bien distinta, contando con que el nuevo desarrollo ocupe una parte importante de esta zona posterior de la calle Marín.

José López explicó que sus edificios se encuentran en un suelo urbano consolidado y, como tal, el plan urbanístico contempla un fondo de 18 metros, 14 en altura de edificación y cuatro reservados para la ampliación de sótanos y garajes. Insistió en que el suelo urbano se acaba a los 18 metros de fondo, de tal manera que, de ahí para atrás, solo cabe la opción de que siga un suelo rústico o un suelo urbanizable. Este último es el que se contempla en este caso con el desarrollo que promueve Bogaris.

"Es una cuestión de desarrollo y de transiciones de distintos suelos", explicó el alcalde. Incidió en que la normativa no posibilita que entre el suelo urbano de la calle Marín y el urbanizable que se desarrollará quede una franja rústica de unos cuatro metros. "Las transiciones tienen que ser ordenadas", subrayó el mandatario local, que insistió en que conservar la distancia que pretenden los vecinos entre sus propiedades y el nuevo desarrollo "no se puede hacer".

Alternativas

López se refirió a la reunión con los vecinos como "muy productiva" y aseguró que, tras exponer la situación a los afectados, el gobierno les trasladó que existe en esta materia posibilidad de buscar tratamientos singulares, caso de un recorrido peatonal o un tránsito excepcional de vehículos a través de vados, a fin de que los propietarios puedan tener garantizado un acceso a la parte posterior de sus inmuebles. El primer edil reconoció que el Concello les planteó a los vecinos realizar alegaciones en este sentido, brindándoles el asesoramiento necesario en este trámite. "Pero siempre partiendo de que es dominio público", aclaró.

El alcalde quiso, en todo caso, aclarar que el ayuntamiento no promueve este desarrollo, aunque sí constituye para la administración local "un reto". De este modo, aunque no participe de forma activa sí ejerce cierta tutela. "Nos vamos a poner de lado de los vecinos", aseguró el primer edil.

El regidor local aprovechó la ocasión detallar a los vecinos cuáles son las distintas partes del proceso. Tras el plan parcial tocará que los propietarios constituyan la junta de compensación, llegándose después al proyecto de urbanización. Entendió el dirigente estradense que algún vecino se moleste por que pierde propiedad pero quiso subrayar que, en compensación, gana servicios para su vivienda, caso de zonas verdes, un área comercial próxima o parques infantiles.