El lugar comúnmente conocido como "canteira do Santo", en la parroquia estradense de Cereixo, no solo es un espacio lleno de historia y leyenda. El misticismo que conserva su nombre esconde, en medio de una intrincada arboleda, un vertedero incontrolado que fue denunciado por los vecinos hace un año. Después de casi 365 días de espera, vuelven a escucharse voces que reclaman la limpieza de una zona en la que se acumulan materiales de construcción de todo tipo. El que más preocupa a los lugareños es la presencia de amianto ante "el riesgo de que contamine las aguas". Fuentes vecinales apuntaron que "en agosto de 2015 el Concello prometió que cuando mejorase el tiempo se limpiaría el vertedero". A esta afirmación añadieron que, a día de hoy, continúan esperando".

El edil estradense de Medio Rural y Medio Ambiente, Juan Constenla, se pronunció ayer acerca de las denuncias vecinales. "En aquel momento se hicieron labores de limpieza", garantizó. En respuesta a las reclamaciones de los lugareños de retirar los materiales almacenados en el vertedero, declaró que la administración local "no tiene constancia de que haya más escombros". Constenla, que incidió en que desconoce si las dimensiones del vertedero han aumentado, aseguró: "la semana que viene iremos a mirar como está".

Según declararon los vecinos hace un año, y volvieron a reiterar en sus actuales protestas, en 2013 hicieron analíticas del agua y el resultado mostraba que "solo servía para beber en caso de que se hirviese". Ellos consideran que la situación fue todavía más grave cuando, hace años, "no servía ni para ducharse". Creen que son los restos de amianto "los que contaminan el agua" puesto que, según los más ancianos de la parroquia, "en la canteira do Santo había un manantial de agua". Los vecinos reconocen que no tienen constancia de su existencia pero apuntan que podría estar taponado por "la cantidad de residuos que se acumulan en el vertedero".

Ante el riesgo de contaminación y el temor vecinal, Constenla declaró que "habrá que esperar a inspeccionar la zona". Aseguró que acudirán a revisar el vertedero incontrolado y que el Concello actuará conforme a lo que allí se encuentre. "Tan pronto vayamos procederemos a su retirada, aunque no es una parcela municipal"; incidió el edil estradense.

Cereixo continúa a la espera de que se limpien los restos de materiales de construcción que se van acumulando con el paso de los años. La vegetación rodea las uralitas, los ladrillos e incluso los botes de pintura oxidados. Aunque las quejas vecinales son el principal aliciente, la naturaleza lleva tiempo pidiendo a gritos su cuidado y preservación.