El teniente alcalde de Lalín, Nicolás González Casares, se mostró ayer "escandalizado" por las informaciones que desvelan las conversaciones telefónicas del ministro del Interior -Jorge Fernández Díaz- con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña para realizar presuntos montajes con el objetivo de perjudicar a adversarios políticos. Casares espera que lo acontecido en las últimas semanas en Lalín no sea "la constatación de que el PP está acostumbrado a seguir estos métodos oscuros con el único fin de distorsionar la opinión pública sin supuestamente importarles los derechos fundamentales de las personas".

El concejal socialista quiere conocer la opinión del PP de Lalín y de su portavoz sobre un asunto de gravísima trascendencia pública del que "deberían sentirse avergonzados". E interpela a José Crespo acerca de si en este particular va a tener la misma "vehemencia inquisitorial que tuvo a la hora de llevar al alcalde de Lalín al juzgado; una maniobra despreciable de la que todo el mundo comenta que él está detrás". Casares inquiere si el portavoz popular piensa hacer lo mismo con un tema de repercusión estatal al que se añaden "otras circunstancias", como "que un juez hable del PP como organización criminal".

El número dos del gobierno lalinense también pregunta a Crespo si apoya las maniobras del ministro del Interior para desprestigiar a sus rivales políticos. En caos contrario, cree que la organización conservadora local estaría tardando en pedirle explicaciones y responsabilidades a Fernández Díaz. "De otra manera, lo que haría el señor Crespo Iglesias es dar amparo a prácticas encaminadas a perseguir a los ciudadanos en función de su ideología". González Casares cree que este caso no tiene precedentes en un estado democrático.