El Concello de Lalín ha conseguido reducir la deuda municipal en más de un millón y medio de euros en el último año. Las previsiones de los servicios económicos sitúan el montante total a 30 de junio en 3.895.856,8 euros, frente a los 5.435.073,99 euros que había en el momento de la toma de posesión del actual gobierno local. Además, el ejecutivo contempla en los presupuestos para este año un nueva rebaja de 900.000 euros.

La rebaja "demuestra de manera muy significativa la eficacia en la gestión económica que está desarrollando el gobierno local desde su toma de posesión", valora el alcalde. Esta circunstancia no solo permite avanzar en el saneamiento de las arcas, sino que también propicia "que se gane margen de maniobra y confianza para acometer iniciativas y proyectos que sirvan para mejorar la calidad de vida de los lalinenses", expone Rafael Cuiña. Y añade que ese es, precisamente, su "gran objetivo" para este mandato: "Desarrollar una estrategia de actuación política que sirva para dar respuesta a las verdaderas necesidades de los vecinos, especialmente los que los están pasando peor por la crisis económica".

El regidor se queja de la "preocupante herencia" recibida del Partido Popular y afirma que "da buena muestra de cuáles fueron sus políticas de gasto durante los últimos años, con proyectos desproporcionados y faraónicos". A su juicio, las cifras son "la demostración palpable de que, frente a las políticas de gasto con el dinero de los demás, gestiona con el máximo rigor y seriedad el dinero que recibe de los impuestos de todos los contribuyentes".

Cuiña hace hincapié en las "medidas de ahorro" impulsadas para rebajar la deuda en más de 1,5 millones de euros "sin afectar al desarrollo de iniciativas esenciales". "Podemos decir que el Concello es hoy más de los lalinenses y menos de los bancos", manifiesta el regidor, que saca pecho frente a las críticas del PP. "Mientras la oposición se dedica a embarrar la vida pública con cuestiones menores, nosotros seguimos trabajando duro y poniendo todos nuestros esfuerzos en las cuestiones realmente útiles e importantes para el bienestar de los ciudadanos".

Pese a la "satisfacción" por los datos, Cuiña reconoce que le gustaría reducir la deuda "a menor ritmo" y poder destinar parte del remanente a servicios sociales, creación de empleo o recuperación del rural, los "tres ejes principales" sobre los que gira su gestión. Pero recuerda que las exigencias impuestas por el Gobierno de España -en concreto, por el ministro de Hacienda "de los recortes más brutales de la democracia", Cristóbal Montoro- obligan a las administraciones locales a tener que asumir con otros recursos el desarrollo de iniciativas fundamentales en vez de destinar el superávit a políticas sociales, "como sería nuestro deseo".