En menos de un año en la política municipal, Eva Montoto ha pasado de ser elogiada por el alcalde a raíz de su primera intervención en un pleno a protagonizar con él diversos episodios dialécticos. El último, a propósito de una falsa recogida de firmas orquestada por Rafael Cuiña contra una moción suya que pretendía revitalizar turísticamente O Corpiño, derivó en una denuncia que obligará al munícipe a declarar ante el juez el próximo lunes. La joven concejala reitera que "en ningún momento" presentó "ninguna denuncia contra el alcalde, contra el pedáneo de Castro de Cabras ni contra nadie del gobierno municipal".
-¿Cómo sucedió entonces?
-Yo presenté una denuncia porque a mí se me calumnió e injurió acusándome de presionar y coaccionar a los vecinos y al tal Luis Madriñán Crespo, lo que era imposible porque no puedes coaccionar a alguien a quien no conoces. Además, como ese supuesto señor aseguraba sentirse coaccionado, yo quería que se le protegiese de cualquier presión a raíz de la recogida de firmas que estaba impulsando. Que quede claro no hubo denuncia política. Fue la propia investigación de la Policía Judicial la que destapó que Rafael Cuiña era quien, presuntamente, estaba detrás de la invención de esa identidad falsa para responder a nuestra moción de una forma vergonzosa. En cuanto a la evolución del trato del alcalde hacia mí, imagino que ha estado condicionada por la propia acción política. Hubo iniciativas que no le gustaron y por eso pasó de elogiarme a dedicarme lindezas como la de "sinvergüenza política", "barriobajera", "discípula de Goebbels" o a insinuar que era como "la niña del exorcista". Creo que esa actitud contra mí en los últimos plenos se descalifica por sí misma, pero no va a conseguir que abandone mis principios y que deje de defender aquello en lo que creo.
-¿Por qué decidió dar el paso de denunciar ante la Guardia Civil?
-No me parecieron justas ni para mí ni para mi familia las acusaciones de presionar y coaccionar a los vecinos que divulgó en prensa el tal Luis Madriñán Crespo. Y, por supuesto, menos justas eran las reacciones del alcalde y de su partido, que salieron a criticarme en los medios. Todos los vecinos de O Corpiño me decían que estaban de acuerdo con la moción y que no entendían como alguien de allí podía posicionarse en contra. Muchos se acercaron a mí para decirme que estuviera tranquila, que la parroquia estaba conmigo. Después de que volvieran a utilizar contra mí en el pleno esas acusaciones, no aguanté más y decidí presentar la denuncia para que se identificase a esa persona que hacía acusaciones que eran falsas.
-¿En qué momento comenzó a sospechar que existía una maniobra impulsada desde el gobierno local?
-En cualquier parroquia todos los vecinos nos conocemos y, después de las informaciones publicadas en este periódico, la gente de O Corpiño me transmitía que nadie sabía nada de la recogida de firmas ni que conocían al tal Luis Madriñán Crespo. Había cosas que no me cuadraban, pero lo que menos me imaginaba era que detrás de todo este montaje estaba el alcalde en primera persona. Cuando lo vi publicado en prensa, aluciné. Me parecía increíble que para responder a una moción, que podían haber rechazado por su mayoría de votos, hubiesen montado toda esta operación. Es ilógica y desmesurada esa reacción contra una moción, lo que nos lleva a pensar de qué serán capaces si fuese algo con mayor enjundia política.
-¿Qué fue lo que más le molestó: El montaje de una falsa recogida de firmas o los ataques posteriores por parte de Rafael Cuiña?
-No creo que se deba separar una cosa de otra, porque las dos acciones forman parte de un mismo objetivo, que era desprestigiarme y hacerme daño político, siendo la concejal más joven y con menos experiencia de la oposición. Lo más grave es que, después de poner en marcha el montaje, el propio alcalde y su partido aprovechasen para criticarme, a sabiendas de que todo era mentira. No entiendo la clase de inquina que tiene contra mí, que cada vez que tiene oportunidad intenta minusvalorarme. Sin duda, lo que más me molestó fue que se me acusase de algo que nunca haría, ya no por convicciones políticas sino por mi ética personal.
-¿Ha tenido algún contacto con Cuiña o el alcalde de Castro? ¿Le han propuesto algún acuerdo?
-No he tenido ningún contacto y no entiendo qué tipo de acuerdo pueden proponerme. Yo solo quiero que se sepa la verdad.
-Usted dijo que su denuncia se desmarca del ámbito político. Pero ,¿cree que el alcalde debería asumir responsabilidades políticas?
-Repito que la denuncia que presenté no puede limitarse a la lectura política que quiere atribuirle Cuiña para rebajar la presión sobre su vergonzoso comportamiento, porque no era una denuncia contra él; iba dirigida a identificar a una persona que no sabíamos que tenía algo que ver con el gobierno. Cuiña no puede decir que Eva Montoto presentó una denuncia contra él, porque fue él solo el que se metió en semejante berenjenal, fue la Policía Judicial la que lo descubrió y es el juez el que lo ha citado a declarar. Sobre las responsabilidades que debería asumir Cuiña, yo las tengo claras, pero prefiero ser prudente hasta conocer su declaración ante el juez y sus respuestas en su comparecencia ante el pleno, porque todavía hay interrogantes sobre su responsabilidad directa. Lo que ya no podrá salvar es su credibilidad y sus incongruencias en el ámbito de la ética y la moral, porque todas las lecciones de democracia que nos lleva dando un año se ha esfumado con Luis Madriñán Crespo.
-¿Qué espera a partir de ahora?
-Espero que se esclarezca todo y que quien impulsó esta operación de descrédito se haga cargo de un comportamiento que nada tiene que ver con el servicio a los vecinos, sino con la nula capacidad de encaje de crítica política que tiene Rafael Cuiña. Está claro de lo que es capaz contra quienes le plantamos cara, pero en política no todo vale.
