El alcalde de Silleda, Manuel Cuiña, y el secretario municipal, Manuel Quintáns, arremeten con dureza contra el director xeral de Administración Local, José Alberto Pazos Couñago, por poner en cuestión la labor del funcionario y, sobre todo, despejar dudas acerca de si su actividad de los dos últimos meses estaría amparada legalmente. Primero fue el mandatario local quien avanzó la posibilidad de tomar acciones legales contra la Xunta por esta polémica, que se traduce en una supuesta incompatibilidad del trabajador público para desempeñar sus funciones en la administración silledense, cuando se le había asignado un puesto en la localidad onubense de Aroche. En un comunicado conjunto, Manuel Cuiña y Manuel Quintáns, desautorizan a Pazos e indican que sus aseveraciones no se ajustan a la realidad.

En primer lugar y en alusión a los posibles acuerdos ilegales tomados en el seno del ejecutivo local por falta del funcionario correspondiente, el secretario explica que desde su nombramiento -BOE del 15 de marzo- tiene una prórroga de tres meses de incorporación concedida por la Alcaldía de Aroche, también de la de Silleda y con el aval de la Junta de Andalucía. Este finalizaría el próximo miércoles día 15. Por ello, sostienen ambos, las afirmaciones de Pazos Couñago en cuanto a que en abril y mayo los acuerdos municipales en Silleda serían de cuestionable legalidad o nulos "es rotundamente falsa", una vez que Quintáns permanece en Silleda en situación de prórroga hasta que se vaya a Aroche. Como prueba estaría que la administración andaluza no pondría reparos a los acuerdos de este municipio -estarían en idéntica situación-. A juicio de Manuel Cuiña entre el 15 de marzo y el 10 de este mes Quintáns sigue siendo secretario municipal en Silleda, pues la dirección xeral no hizo el nombramiento que pidió el 1 de abril. "Para más patraña, sobresale una conclusión conclusión: su hubiese ilegalidad de la que habla, resulta que el único y exclusivo responsable es el señor director -de Administración Local- por no hacer este nombramiento el 1 de abril".

Además de tildar de insidias las declaraciones de Pazos Couñago, dicen que metió la pata pues en Galicia se repitió el sorteo de las mesas electorales "debido a esa inventada irregularidad", mientras que en Huelva no fue necesario."Allí todo estaba perfecto y correcto, llevando la contraria al director xeral gallego", concluyen el secretario y el mandatario trasdezano.