Las particularidades de los hogares en las comarcas han evolucionado en durante la última década, tanto en nivel de equipamientos como en los hábitos sociales, que han introducido nuevos modelos entre las viviendas familiares. También, según el informe que acaba de dar a conocer el Instituto Galego de Estatística (IGE) ha cambiado la percepción que para los ciudadanos suponen los gastos totales en su vivienda. Si hace una década más del 67% aseguraba que el sostén de sus hogares era una carga pesada, la tendencia, el año pasado, indica que ahora son algo menos de la mitad de los vecinos los que se muestran en esta situación. Con todo, para la mitad de los residentes en Deza y Tabeirós encuestados, el sostén diario de los gastos domésticos les supone una carga llevadera o que bien llegan a fin de mes sin problemas.

En esta encuesta de la administración autonómica referida al curso pasado se analizan numerosos parámetros para luego llegar a unas conclusiones sobre las prioridades que tienen las personas en sus domicilios o los equipamientos, tanto propios, como los que reciben de las administraciones públicas. En pleno debate sobre un cambio de modelo de la gestión de residuos, este informe concluye que en una década se ha avanzado notablemente en la facilidad que tienen los ciudadanos para realizar una correcta reparación de los desperdicios domésticos. Así las cosas, siete de cada diez viviendas disponen de recogida selectiva de basuras, lo que representa un incremento de 13 puntos porcentuales respecto a el 58% de los hogares que contaban con esta prestación en el año 2010. Muchos de los concellos de las comarcas están impulsando políticas activas para lograr una óptima separación de la basura, tanto por un motivo de índole medioambiental, como para aminorar las elevadísimas facturas que pagan por la recogida y tratamiento de los desperdicios. El compostaje comunitario está tomando forma en localidades como Lalín, que ha seguido la senda del proyecto de la Diputación provincial en materia de gestión de residuos urbanos. Aún así, el volumen de impropios que generan las viviendas de las dos comarcas es muy elevado.

Otros servicios que son detallados en este estudio tienen que ver, por ejemplo, con la evolución en el número de viviendas que cuentan con iluminación pública exterior. Si ya se partía de unas ratios elevadas; en concreto el 88,2% del total, la proporción ahora está en casi el 99%. Sorprende el dato relativo a los índices de hogares conectados a la red de abastecimiento de agua potable, pues apenas rebasan la mitad de los totales. Otra tarea pendiente para las administraciones locales es el saneamiento de sus núcleos de población alejados de los cascos urbanos, que sí, en la mayor parte de los casos, disponen de él. Atendiendo a esta encuesta autonómica, en Deza y Tabeirós-Montes solamente el 52% de las viviendas están conectadas a la red de alcantarillado. Este promedio no supone avance alguno, en términos absolutos, durante la última década.

Este análisis tiene en cuenta otras particularidades de los inmuebles residenciales como pueden ser su tamaño. La mayor parte de ellas tiene una superficie de entre 90 y 120 metros cuadrados, situándose por encima de la medias provincial y autonómica. Y las de más de 120 m2 suponen el 27,6% del total, frente al 20 del promedio en Galicia y el 18,2% de la provincia.

Por otro lado, siete de cada diez viviendas son unifamiliares y las demás están compuestas por más un hogar.