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Una situación insostenible

La Xunta paga 3 años tarde los ataques del lobo, que mata al 70% de los potros de Monte Cabalar

La explotación silvopastoril de López Pampín entre A Estrada y Cuntis suma 18 bajas acreditadas ante Medio Ambiente - Estos ganaderías en extensivo lamentan que la administración incumpla sus compromisos

Imagen de archivo de López Pampín, con una de sus yeguas muerta por un ataque del lobo.//Bernabé / LM

La Xunta de Galicia está pagando con tres años de retraso las indemnizaciones por ataques del lobo que le corresponden a ganaderías en extensivo de A Estrada como la cooperativa Monte Cabalar o la explotación silvopastoril que posee el estradense José Antonio López Pampín en montes de A Estrada y Cuntis. Si las bajas fuesen esporádicas, tal vez la indignación de los afectados no fuese tan elevada. Pero los continuos ataques del lobo están minando la estoica moral de estos ganaderos estradenses en extensivo. No pueden evitar lamentar que la administración incumpla reiteradamente sus compromisos mientras que ellos siguen haciendo frente religiosamente a los pagos y a los compromisos de sus explotaciones ganaderas mientras que su economía se ve minada por unas continuas pérdidas que, en el caso concreto de Monte Cabalar, ascienden porcentualmente al 70% de los potros que paren anualmente las 110 yeguas reproductoras que integran su cabaña equina.

Esta es la que está sufriendo en mayor medida la presión del lobo si bien la cabaña bovina de esta cooperativa de gestión comunitaria de la tierra también está en su punto de mira. Cuando esta entidad -que aglutina a propietarios de las parroquias estradenses de Arca, Nigoi, A Somoza, Souto y Tabeirós- introdujo ganado en sus dominios en el año 2007, los ataques del lobo eran muy inferiores. Durante tres años, la presión fue asumible. Pero tres años después ya se había incrementado de manera exponencial, según relata el presidente de la cooperativa, Fuco Barreiro, que en 2010 ya presentó un documento a la Xunta que recogía los elevados daños que venía sufriendo la cooperativa.

Entonces esta tenía cabras -protegidas por mastines- además de vacas y caballos. Al aumentar los ataques contra las reses bovinas -fundamentalmente contra los terneros- Monte Cabalar se vio obligada a incrementar las horas dedicadas al manejo de las reses. Pero la presión no cesa. El lobo ha ido puliendo sus estrategias de caza en las tierras de Monte Cabalar y la cooperativa no puede permitirse el lujo de dejar que sus animales duerman fuera. Cada noche,guarda a sus vacas en la nave de Fonte Fría en cuyas inmediaciones duermen los mastines que en su día mantenían a raya al lobo protegiendo los rebaños de cabra que la cooperativa ya no tiene desde 2012.

Ahora, Monte Cabalar tiene mastines jóvenes que proyecta entrenar para cuidar a las manadas de vacas. Para atacarlas, ha detectado que ahora el lobo provoca estampidas rodeándolas con ataques en manada. Juega con la "tensión psicológica" que sufren las reses y aunque no las mata en ese momento -tal vez por temor a los daños que pueden causarle con los cuernos o a sus patadas- las hiere por los flancos ocasionándoles importantes heridas que luego se infectan, les causan fiebres y, cuando se alejan del grupo por esa causa, los lobos vuelven para matarlas. Monte Cabalar suma a menudo hasta 6 animales en su enfermería.

Multiplicando las horas de manejo de sus 120 vacas reproductoras, Monte cabalar ha logrado evitar que las bajas de terneros superen el 10 %. Aun así, estas pérdidas son inasumibles y si los daños se pagan tres años tarde, todavía con mayor motivo.

Por su parte, López Pampín suma 18 bajas de reses equinas acreditadas ante Medio Ambiente. Tiene una explotación silvopastoril colindante con Monte Cabalar, junto al parque eólico existente entre montes de A Estrada y Cuntis, en el entorno de As Brañas de Mesego. En sus 37 hectáreas de explotación forestal con plantaciones de pino y eucalipto pastan 32 cabezas de caballo hispanobretón y yeguas del país para la producción cárnica. El pasado año perdió las primeras 4 crías de la temporada por el lobo. Al final del año sumó 7 bajas por lobo.

En alguno de estos casos su impotencia alcanzó cotas máximas. Ni siquiera pudo acreditar las bajas porque, según explica, la administración exige mostrar los restos del animal caído entre las fauces del lobo y, en los últimos años, ha podido constatar que la labor de vigilancia que supone que el deprededor ejerce sobre sus presas motiva que en ocasiones llegue a devorar alguna cría sin dejar ni siquiera huesos. La yegua regresa parida pero sin cría. Cuando nacen, los caballos "son tan tiernos" para los lobos que a veces "no quedan ni cascos ni huesos". Sin ellos, es imposible acreditar los daños y sin ello ni se cobrarán este año ni tampoco dentro de tres. Cada potro caído supone una pérdida estimada de 500 euros, según López que también perdió hace algún tiempo a una yegua por la que había pagado 1.800 euros y a la que los lobos atacaron mientras paría.

López Pampín incide en la elevada población de lobos existente en la zona. Denuncia que los vieron vecinos de Ouzande, Ferreiros, Arca, Souto y Matalobos. En Monte Cabalar pudieron verse hasta 4 y 5 juntos yrecientemente en O Alto da Cruz, una vecina habría visto una loba con 3 crías. La pasada semana en el cruce de Montillón y Arca, otro lugareño vio 3. Este ganadero denuncia que la superpoblación existente en este ámbito -que ve reflejada en los numerosos ataques registrados en el entorno de A Estrada en los últimos meses- pone en riesgo la pervivencia de la ganadería en extensivo que tanto bien hace al monte al reducir la carga de combustible y, por tanto, el riesgo de incendios. Ve excesivamente protegido al lobo. Y se pregunta: "Y a los ganaderos, ¿quién los protege?".

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