Casi tres meses después de que se formalizase su jubilación, A Bandeira quiso rendir ayer homenaje a su expárroco José Espiño. Una cita que contó con un variado programa de actos y que reunió a más de un centenar de feligreses, vecinos y amigos que quisieron arropar y agradecer al sacerdote su dedicación durante 65 años.

La cita comenzó con la celebración de una misa en la capilla de A Bandeira. Unos oficios que estuvieron presididos por el Obispo de Lugo, Monseñor Alfonso Carrasco, y cooficiada por los sacerdotes de la zona. La misa contó con el acompañamiento musical del Coro Vales Mahía. Tras la ceremonia fue turno para un ágape multitudinario en el pabellón. Un encuentro donde Espiño compartió anécdotas, recuerdos y risas con sus parroquianos e incluso recordó el origen del topónimo de A Bandeira.

La cita también incluyó la actuación de la Banda da Bandeira y las agrupaciones Xirandola y Fortín da Pomba. Entre los asistentes también se incluían el regidor silledense, Manuel Cuiña, o su predecesora en el cargo, Paula Fernández Pena.

El homenaje tuvo un marcado carácter emotivo pero sin convertirse en una despedida definitiva, ya que el párroco continuará colaborando aunque ya no lleve oficialmente el peso de estas feligresías. Asimismo, Espiño recibió como agasajo un cuadro con las imágenes de los templos de Manduas y A Bandeira.