El gobierno lalinense pretende recuperar las antiguas casas de maestros del colegio Manuel Rivero con fines sociales. La iniciativa ni mucho menos se vislumbrará en un horizonte inmediato, pues el propio Concello anuncia que este proyecto está pensado "si es posible" para completar la rehabilitación del bloque completo de construcciones situadas en la calle que da nombre al viejo centro educativo.

El teniente de alcalde Nicolás González Casares precisó que ahora se plantean tareas de limpieza en aquellas zonas del edificio en peor estado, para después ir realizando progresivamente trabajos de adecentamiento en estos inmuebles. La propuesta del grupo de gobierno pasa por dedicar los hogares a fines sociales, si bien técnicos municipales realizarán en próximas semanas un estudio en profundidad sobre el estado actual de los hogares para, una vez rematado, se puedan valorar nuevas medidas de actuación sobre estos apartamentos. Casares se desplazó en la mañana de ayer hasta estas dependencias para comprobar de primera mano el estado de los antiguos inmuebles, que acumulan años de absoluto abandono. González Casares aseguró que después de su inspección a estas construcciones, éstas presentan un estado deplorable e dijo no entender por qué el anterior grupo de gobierno "se permitió dejar llegar el edificio a estos extremos de dejadez". El también concejal responsable del área de Urbanismo hizo hincapié en el pésimo estado de los dos pisos superiores en los que se fue acumulando enorme cantidad de suciedad, formada en gran medida por excrementos de aves que entran a diario por las roturas de las ventanas. Además de desperfectos de diversa consideración en el mobiliario, al representante del grupo de gobierno le llamó la atención la maleza que proliferaba en los patios traseros, algo que suscitaba malestar entre los vecinos. Esta vegetación fue eliminada ya ayer por la mañana por operarios de la brigada municipal de Obras, que seguirá trabajando en los próximos días en este entorno.

El abandono de las antiguas casas de maestros se debe, además de al paso del tiempo, a la suspensión de un proyecto previsto por la Xunta de rehabilitación de estos hogares. Fue en la época de Agustín Hernández como miembro del gobierno gallego. La crisis del ladrillo también frustró la venta de estas propiedades o la propia parcela en la que se asienta el viejo colegio a una constructora, que había llegado a un acuerdo para su adquisición. En los patios exteriores se habilitó meses atrás un área de estacionamiento.