El Sporting Estrada ha puesto en marcha una recogida de firmas para apoyar el cambio de nombre del Estadio Municipal de Figueiroa por Estadio Municipal Manuel Regueiro. De esta manera quiere honrar a un hombre que dedicó gran parte de su vida al club y pasaba casi todas sus tardes trabajando en el campo de fútbol. Allí, junto a él, creció un niño cuya vida ha estado y seguramente siempre estará ligada al Sporting de una u otra manera.
-¿Cómo valora la iniciativa puesta en marcha para poner el nombre de su padre al campo?
-Sería un orgullo tanto para mí como para mi familia que este campo sea bautizado con el nombre de mi padre. Es algo que nunca vería si todavía estuviese vivo porque sería el primero el descartar esa idea. Es uno de los mayores honores que se le puede hacer. Él llevaba desde los quince años, fue uno de los que fundó el Sporting, hasta los 53, trabajando en el club de manera ininterrumpida. Pasó su vida entre nuestra casa, su trabajo y el campo de fútbol. Creo que incluso fue en el campo donde más tiempo pasó a lo largo de su vida. Es donde estaba la mayor parte del tiempo.
-Desde luego si llega a estar vivo no le gustaría tanto protagonismo...
-Si podía evitar salir en una foto o en una entrevista, lo hacía. Hacía un trabajo más sucio.
-¿Sorprendido por el apoyo que está recibiendo la iniciativa del Sporting? ¿Se lo esperaban?
-Es cierto que cuando murió fue algo que se habló, especialmente en las redes sociales, pero la directiva prefirió esperar unos meses. La verdad es que me parece una opción perfecta lo de pedir firmas y el apoyo de otros clubes. Si se hace de otra forma no quedaría igual. No creo que el Concello deba tomar la decisión por su cuenta atendiendo a lo que hizo. Es mejor que sea la gente de A Estrada la que decida y muestre su apoyo o no a la iniciativa.
-Podría entrarse en cuestiones políticas.
-Sí y sería algo que no le gustaría. Él siempre se llevaba bien con todos. El apoyo que estamos recibiendo es increíble y así, si se decide poner ese nombre al campo, no será de una forma arbitraria, sino porque el pueblo de A Estrada quiso reconocer a Manuel Regueiro por su trabajo durante tantos años.
-Algo que todos los aficionados sabían es que Manuel Regueiro estaba a partir de determinada hora trabajando el campo.
-Sí y todos los días. A las cinco y media arrancaba para el campo y pasaba toda la tarde allí. Se encargaba un poco de todo. Abría el campo, hacía de conserje, estaba en la oficina para los temas administrativos... Hasta las diez o once no llegaba a casa. Los fines de semana ya estaba allí una hora antes de los partidos y pasaba allí todo el día. Incluso había días que tenía que comer en el campo.
-La figura de su padre está, como le pasa a algunos, ligada a una causa, en su caso el Sporting. Regueiro no se entendería sin el Sporting ni el Sporting sin Regueiro.
-Las dos cosas porque el Sporting también ayudó a mi padre cuando estuvo enfermo. En el club pudo evadirse y no pensar en lo que tenía. Pero no solo en el Sporting. También cuando se formó la actual directiva del Estradense fue quien llamó a los demás para unirlos y crear este grupo de gente de A Estrada. También en la Escola Estradense de Fútbol Base fue una persona fundamental para ayudar a que se crease y a limar las asperezas que pudieran surgir. Ayudó a que todos fuésemos en la misma dirección a pesar de devaluara el Sporting y el Callobre. Todo para buscar un futuro mejor para los niños de A Estrada.
-Hablaba del Estradense, daba la sensación de que su padre siempre tuvo una relación de amor-odio con él.
-Mi padre era del Sporting Estrada y siempre quería defender sus intereses por encima de todo. Sin embargo cuando el Estradense lo necesitó ayudó a que no se cayese y que hoy en día sea un referente a nivel gallego.
-En el caso de la Escola Estradense, a muchos les sorprendió el paso adelante que dio su padre para ayudar a su puesta en marcha. ¿Cree que cambió en su forma de pensar?
-Mi padre nunca me inculcó un odio al Callobre. Para él era un club como nosotros. Él siempre intentó ayudar a los clubes que se lo pidieron. En este caso, cuando se presentó la escuela, fue con una gran propuesta, mejor planteada que la anterior vez que se intentó hacer. Fue algo pensado a largo plazo por Pacheco y Xoel. Ese planteamiento fue clave a la hora de que dijese que sí.
